Los problemas de coordinación entre cuerpos policiales, jueces y fiscales, y todos ellos entre sí, saltaron ayer a la palestra porque el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, lejos de intentar ocultarlos o minimizarlos, como intenta cualquiera, los aireó, al acusar a la policía de no colaborar con el ministerio público en un tema tan sensible como la lucha contra ETA.

Conde-Pumpido denunció que el Cuerpo Superior de Policía no atiende las peticiones de su departamento en el Tribunal Supremo en relación a las listas herederas de Batasuna y "solo" responde ante el juez Baltasar Garzón. Las declaraciones provocaron tal tormenta que poco después se vio obligado a explicar que, tras hablar con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, "la pequeña descoordinación", gracias a su denuncia, "ya se había resuelto".

CRITICA PREMEDITADA CondePumpido se lanzó solo al vacío sin que nadie le empujara. En un desayuno organizado por Europa Press destacó hasta tres veces que la Fiscalía del Tribunal Supremo ha solicitado a la Guardia Civil, y no a la policía, también con competencia en toda España, un informe sobre si la banda planea presentar alguna lista blanca en los comicios europeos. "Hemos solicitado a la Guardia Civil, digo la Guardia Civil porque es la que nos ha permitido impugnar las candidaturas de ANV y PCTV, hemos pedido a la Guardia Civil, no a la policía, un informe...", señaló hasta que el moderador le interrumpió para preguntarle por qué hacía esta distinción.

El fiscal general dijo que en anteriores procesos de ilegalización la fiscalía tuvo que fundarse en los informes del Instituto Armado "porque la policía solo atiende las peticiones del juez instructor", es decir, Garzón, al que prefirió no citar.

A continuación, explicó que había tratado de la cuestión con Rubalcaba y que prefería no seguir hablando sobre ello. Entonces un murmullo recorrió la sala, en la que estaba, entre otros, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, y altos cargos de Interior, como la responsable de Prisiones, Mercedes Gallizo. A la salida del acto matizó que no acusaba a la policía de "falta de colaboración", sino de un "problema puntual" debido a la "colisión" entre los procesos contra el brazo político de ETA. "La policía debe informar a cada uno de los órganos y entiende que es suficiente con informar a uno", explicó.

LAS CRITICAS Los sindicatos policiales salieron en tromba a defender la institución. Acusaron al fiscal de mentir, afearon su actitud por no intentar solucionar las desavenencias en los foros adecuados para "generar alarma social y presionar" a la comisaría de Información y pidieron a Rubalcaba que dé explicaciones. El líder del PP, Mariano Rajoy, desde Jaén, reclamó lo propio a José Luis Rodríguez Zapatero y consideró que "existe un problema muy grave" si la fiscalía, que depende del Gobierno, se queja de la escasa colaboración de la policía, informa Julia Camacho.

En Interior, que Conde-Pumpido airee los roces provocó malestar y estupor. Conde-Pumpido llamó a Rubalcaba para aclararlo. Poco después, en un acto en el que coincidió con el director general de la policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, ambos intentaron minimizar la polémica, aunque cada uno defendió su terreno.

Asimismo, Vázquez reconoció que ha habido fallos, un "pequeño problema procedimental," dijo, pero subrayó que "lo importante" es que los informes llegaron a tiempo a la fiscalía. Y Conde-Pumpido aseguró que la difusión del problema ha permitido "que la pequeña descoordinación no se repita".

LA PUGNA La policía emitió una nota en la que subraya que los datos llegaron a la fiscalía, aunque admite que fue "a través de la Audiencia Nacional". Y es que en la queja del fiscal subyace la pugna latente entre Garzón y el ministerio público.