La Audiencia Nacional ha condenado a 1.040 años a cada uno de los tres etarras que atentaron en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, el 30 de diciembre de 2006. El fiscal había pedido 1.120 años para cada uno.

La sección tercera considera que Mattin Sarasola, Igor Portu y Mikel San Sebastián son autores de dos asesinatos, el de los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, que dormían en el parking de la terminal. Además, el tribunal les ha condenado por 48 asesinatos en grado de tentativa y un delito de estragos.

La bomba hirió a otras 52 personas e «hizo saltar por los aires la esperanza del fin de la violencia de ETA», algo muy difícil de computar penalmente pero que el fiscal Daniel Campos incluyó ayer como agravante durante su alegato en la última sesión del juicio.

En su informe final, Campos elevó la petición de penas de 48 intentos de asesinato a 52 y sostuvo asimismo que durante las tres primeras sesiones del juicio celebrado en la Audiencia Nacional se habían aportado pruebas suficientes para condenar a los tres presuntos terroristas, que ayer, nuevamente, se negaron a tomar la palabra.