La Audiencia Nacional ha condenado a penas que van de 8 a 16 años de prisión a los 11 miembros de la célula del Raval acusados de planear un atentado terrorista en el metro de Barcelona en enero del 2008.

El juez considera probado el delito de pertenencia a un grupo terrorista de carácter islamista, aunque sostiene que no tenían un plan "suficientemente concreto y determinado" para cometer un atentado, por lo que no los condena por conspiración terrorista.