A los magistrados del Constitucional les pilló por sorpresa la decisión de sus colegas del Supremo. La mayoría de ellos estaban fuera de sus despachos y se habían trasladado a sus ciudades de origen para pasar el fin de semana. Todos se sintieron indignados con el fallo. Fuentes del Constitucional desvelaron que algunos jueces interpretaron su condena como una venganza. Y es que ayer se comentaba en medios jurídicos que el Supremo ha mordido la mano a los que durante años les han anulado algunas de sus sentencias.

Los condenados prevén reunirse el lunes para responder. Algunos proponen desobedecer la sentencia y otros van más lejos, ya que se plantean querellarse contra el Supremo por prevaricación. Otros se inclinan por pagar la indemnización y no calentar más los ánimos.

El único que ayer estaba "feliz" era el abogado José Luis Mazón. "Nunca creí que lo conseguiría", subrayó. Y expresó su deseo de que los jueces del Constitucional dimitan tras esta condena y sean "más humildes" cuando resuelvan los recursos.