El número de cartas de extorsión enviadas por ETA a los empresarios vascos ha disminuido durante este año, pero la banda utiliza métodos cada vez más mezquinos. El presidente de Confebask, la patronal vasca, Román Knörr, desveló que se ha convertido en práctica habitual que estas misivas lleven en el remite los datos de algún familiar próximo a la persona extorsionada, "lo que produce una reacción mucho más dramática".

En una rueda de prensa celebrada el lunes en Bilbao, Knörr destacó que las cartas en las que la banda reclama "el mal llamado impuesto revolucionario" no han dejado de enviarse en ningún momento, ni durante la tregua.

El presidente de Confebask aseguró que la respuesta mayoritaria de los empresarios es negarse al chantaje, y animó a continuar rechazando las amenazas. Como deseo para el nuevo año, pidió "la desaparición total de la violencia, que sería la mejor noticia que puede recibir esta tierra vasca". Knörr se felicitó por la reciente aprobación de los presupuestos vascos.