Se han reunido este lunes en Madrid consejeros autonómicos de los 17 gobiernos regionales con el propósito de fijar el funcionamiento y la agenda de la Conferencia de Presidentes Autonómicos que ha de constituirse en noviembre. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que es quien convocó la reunión, llevaba a ésta una propuesta para que las reuniones de los presidentes resulten particularmente útiles e incluso atractivas para sus miembros: se pretende que cada vez que se reúnan los presidentes autonómicos con el jefe del Gobierno de la nación se elabore una declaración política o un mandato. Sevilla pone como ejemplo el mandato de que se establezca una comisión que estudie la financiación autonómica. Pero todavía está sin determinar si esa Conferencia de Presidentes se limita a ser un órgano de debate eminentemente político o si llegará a abordar cuestiones sectoriales concretas y específicas: desde el déficit hídrico murciano al déficit que suponen casi todos los servicios sanitarios de cada comunidad.

Por lo general, cuando se enumeran las reformas previstas y comprometidas por Rodríguez Zapatero se tienen en cuenta las constitucionales y estatutarias, y suele pasarse por alto esta otra reforma, la primera que se echa a andar: La Conferencia de Presidentes, en la que, además, podrían establecerse las agendas de las reformas previstas. No cabe excluir que pudiera trasladarse a esta conferencia esa voluntad que insistentemente viene reclamando Rajoy, y que, en lugar de ser los líderes políticos de las grandes formaciones quienes determinen por dónde empiezan las reformas y hasta dónde pudieran llegar, la agenda de reformas la pudiera determinar la Conferencia de Presidentes.

De ahí que se haya prestado notable atención e interés a esta reunión preparatoria, de cuya convocatoria y celebración se ha responsabilizado Jordi Sevilla. Recuérdese que este ministro, apenas tomó posesión, efectuó una gira en la que mantuvo encuentros con cada uno de los presidentes autonómicos, lo que, primero, dio idea de la importancia que desde el gobierno se pretendía dar a los presidentes autonómicos, oscurecidos e ignorados por los gobiernos anteriores, y además, le permite conocer de primera mano lo que cada cual opina e incluso aspira a conseguir en las reformas anunciadas, tanto en el Senado como en la denominación y atribuciones que deberán modificarse en los correspondientes estatutos de autonomía.

*Periodista.