El decreto anticrisis fraguado en el Palacio de Zurbano logró ayer batir un nuevo récord. Consiguió un apoyo casi unánime del Congreso --ningún voto en contra, 335 a favor y cinco abstenciones--, al tiempo que aunaba durísimas críticas de todos los grupos de la oposición, que calificaron de claramente insuficiente la treintena de medidas contenidas en el texto del Gobierno. Aunque algunos fueron aún más lejos.

El PP fue uno de ellos. Los conservadores votaron a favor del decreto porque algunas de las medidas eran "copiadas" de propuestas del PP y otros partidos, según Cristóbal Montoro, portavoz económico de los populares en la Cámara baja. Pero sostuvo que todas son de "tono menor" y constituyen "los restos del naufragio del pacto de Zurbano, los restos de una ocurrencia de Zapatero en un debate parlamentario, de la afición del Gobierno a la foto y al espectáculo". El PP propuso, también, que el decreto se tramitara como un proyecto de ley para poder introducir enmiendas, pero se quedó casi solo.

Ante el alud de críticas, el Gobierno optó por ver el vaso medio lleno, al destacar la importancia de un plan con tantos apoyos. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró que había valido la pena "el esfuerzo de alcanzar consensos" para una norma que busca "reactivar la economía".