Los parlamentarios españoles están a años luz de los derechos de conciliación que rigen en los países europeos más desarrollados. Aquí, los diputados no tienen derecho a permisos parentales ni tampoco a bajas médicas, puesto que ni la Constitución ni los reglamentos de Congreso y Senado contienen esa previsión. Solo detallan que los cargos son “insustituibles”, una afirmación que los letrados de las Cortes consideran “desorbitada” y “anacrónica”.

En el próximo periodo de sesiones esta situación podría cambiar. ERC ha iniciado conversaciones con PP, PSOE y En Comú Podem para sacar adelante una iniciativa que regule los permisos parentales para los diputados (padres y madres) y que establezca la posibilidad de que sean sustituidos por el siguiente nombre en la lista, del mismo sexo que el ausentado para respetar la paridad. El texto no está redactado pero la intención es que sean las mismas 16 semanas a las que tienen derecho los trabajadores.

El contexto de la legislatura espolea este cambio: se podría introducir la modificación aprovechando la revisión de la Carta Magna y la Ley Electoral; existe voluntad política por la importancia de cada voto en un Congreso sin mayorías absolutas; y el Gobierno quiere impulsar medidas efectivas de conciliación, tiene ahora la posibilidad de legislar dando ejemplo.

El debate no es nuevo pero por primera vez tiene visos de prosperar cuando en febrero llegue a la comisión de Igualdad del Congreso. “Lo propondremos y estamos ya buscando complicidades con otros partidos. La idea es que la labor del diputado pueda ser sustituida”, explica la portavoz de Igualdad de los republicanos, Teresa Jordà, quien se muestra optimista.

Hasta ahora, la única regulación introducida es la del voto telemático, posibilidad efectiva desde 2011 para casos de enfermedad grave o parto. Los diputados tramitan la solicitud a la Mesa, que examina la petición y suele conceder el permiso. Pueden votar a distancia pero oficialmente no están de baja. Es el caso del diputado de ERC Joan Tardà, quien se sometió a una intervención de rodilla y en el último mes pidió el voto telemático porque no puede desplazarse hasta Madrid.

LEGISLAR NO ES SOLO VOTAR

Los problemas son dos: en primer lugar, hay excepciones para el voto a distancia, que no puede solicitarse en sesiones de investidura, mociones de censura o cuestiones de confianza.

Además, los parlamentarios defienden que su trabajo va mucho más allá de apretar un botón, y que su labor en las comisiones, desarrollo de iniciativas o contacto con la ciudadanía no puede hacerse desde casa criando a un recién nacido. ¿Está capacitado para ejercer su responsabilidad parlamentaria un diputado o una diputada que acaba de tener un bebé con el sobresfuerzo que requiere ese cuidado? Muchos consideran que no, y por ello defienden la necesidad de un sustituto para los meses en los que estén cuidando de sus hijos.

El caso de Mar García Puig es paradigmático. La diputada de En Comú Podem dio a luz a sus gemelos el 20-D, ante la ausencia de baja, el 13 de enero se desplazó desde Barcelona a Madrid para estar presente en la sesión de la constitución de Cortes. “Yo estaba convencida de que tendría permiso, ni se me pasó por la cabeza que no existiese. No creo en ese concepto de que nos consideren ‘insustituibles’. El voto telemático es una mala solución y parte la idea que el trabajo de diputado es solo votar una vez por semana”, lamenta, y aboga por la sustitución.

La diputada socialista Isabel Rodríguez considera que el Congreso debe dar ejemplo y que los parlamentarios deberían tener derecho a un régimen general en el que se cubrieran las bajas médicas. Sin embargo cree que encontrar un sustituto puede generar un “conflicto” constitucional y supone la dificultad de encontrar un perfil dispuesto a dar ese paso solo por un breve periodo de tiempo para reincorporarse luego a su actividad habitual.

La portavoz de Igualdad del Partit Demòcrata, Lourdes Ciuró, sí cree en la figura del diputado sustituto. “Debería ser como en cualquier trabajo y es importante que se fomente tanto entre diputados como entre diputadas, para que las mujeres no sean siempre las que ven limitada su carrera profesional”, opina.

La modificación requeriría cambiar la Ley Electoral, que solo prevé la sustitución por fallecimiento, incapacidad o renuncia, y también los reglamentos de ambas Cámaras.

España, a la cola de Europa

La comisión Constitucional del Congreso tuvo la oportunidad en 2010 de introducir la figura del sustituto en permisos parentales pero los partidos decidieron finalmente introducir solo el voto telemático. Otros países llevan la delantera y el derecho comparado resulta sonrojante para el caso español. Existe licencia de baja y sustituto en Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega, Holanda y Portugal. En todos estos casos la norma se cambió desde los reglamentos parlamentarios. En Francia, la reforma constitucional de 2008 permitió a los ministros ser sustituidos cuando tienen un hijo, una posibilidad que ya existía en Bélgica y otros países nórdicos.

En el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá existe la norma no escrita del ‘pairing’: el diputado ausente pide a otro parlamentario del partido contrario que no participe en esa votación para mantener el equilibrio de fuerzas. En Bélgica el ‘pairage’ queda establecido en el reglamento y antes de proceder a la votación el presidente solicita los argumentos al diputado que se haya comprometido en una abstención en pos de la paridad.

Dar ejemplo. O no.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría apenas se tomó diez días de permiso después del parto. Su hijo nació el 11 de noviembre de 2011 y a finales de ese mismo mes fue la encargada de coordinar el traspaso de poderes entre el Gobierno cesante de José Luis Rodríguez Zapatero y el equipo recién llegado a la Moncloa de Mariano Rajoy. Su decisión levantó una polémica en torno a la necesidad de que los cargos públicos den ejemplo con sus actuaciones personales.

El exsecretario de Estado de Cultura, José María Lasalle (PP), disfrutó de los 15 días de paternidad que le correspondían cuando nacieron sus gemelos, fruto de su relación con la diputada socialista Meritxell Batet, que al ser parlamentaria, no tuvo ese derecho.

Carme Chacón, que dio a luz siendo ministra de Defensa, compartió el permiso parental con su pareja, Miguel Barroso, entonces director de la Casa América en Madrid. Al tener a su hijo se trasladaron a vivir al ministerio para poder compaginar el trabajo con la vida familiar.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Su