El consejero catalán de Economía, Antoni Castells, entró en el despacho de la jueza Miriam de Rosa con cara de consternación y una hora y cuarto después salió, indemne, mostrando la mejor de sus sonrisas. No era para menos, puesto que se alejaba el fantasma de una imputación que horas antes nadie se atrevía a descartar y que hubiese conllevado consecuencias políticas impredecibles. El conseller hizo caso de sus asesores y, lejos de la altivez que le reprochan sus adversarios (y a veces más de un correligionario), en su declaración ante la magistrada reconoció que en la tramitación del hotel del Palau de la Música de Barcelona se cometieron errores administrativos, aunque descargó la responsabilidad por el poco esmero a su directora de Patrimonio, Inmaculada Turu.

PROTOCOLO DE INTENCIONES La clave de esta dejadez es el convenio que Castells firmó con el exgestor del Palau Fèlix Millet en marzo del 2006 y que, según insistió ayer el conseller , era un protocolo de intenciones que no comportaba derechos y obligaciones inmediatos y que solo podía tener consecuencias a posteriori. Castells subrayó, en contra de lo que le reprochan los partidos de la oposición, que él no es responsable del seguimiento de los convenios que firma y que la Administración "tenía y tiene" garantizada la compensación económica --según sus cálculos, asciende a 5,6 millones--.

Primero ante la magistrada, y después a preguntas de la prensa, el consejero catalán remarcó que la frustrada operación urbanística respondía a un interés público y que lo había dejado "meridianamente claro" en su declaración judicial.

Castells, que admite que se siente "engañado e indignado" con Millet y Jordi Montull, trató de desmontar, como hizo después Turu, la tesis del fiscal, puesto que, a preguntas de la defensa de los antiguos gestores del Palau, declaró que nunca se dejó presionar por los dos saqueadores.

Como ya habían insinuado dirigentes del PSC, el consejero de Economía anunció su predisposición a comparecer en el Parlament para dar las explicaciones que se le requieran. "En el lugar y circunstancia que la Cámara considere oportuno", confirmó. Si no ha acudido antes, añadió, es porque primero quería explicarse en el juzgado. "Siempre he dado la cara", proclamó.