El coordinador antiterrorista de la UE, Gijs de Vries, explicó ayer ante la comisión parlamentaria que investiga el 11-M que "el fundamentalismo islamista está aprovechando la guerra de Irak con fines de reclutamiento" de terroristas y dijo que "ningún país europeo puede considerarse inmune" a la amenaza.

Aseguró que "no existe" prueba alguna de relación entre ETA y las 14 redes islamistas fichadas por la UE para investigar su financiación. Señaló que el 11-M costó unos 10.000 dólares a los terroristas y el 11-S costó la mitad.

De Vries rechazó el enfoque del "choque de civilizaciones" que buscan los islamistas para alimentar el terrorismo y desgranó los instrumentos de la UE para prevenir los atentados. Entre esos mecanismos están la colaboración especial con Marruecos y Argelia y la cooperación con los países de mayoría musulmana.