El jefe de la trama Gürtel, Francisco Correa, destruyó pruebas y planeaba fugarse antes de ser detenido por orden del juez Baltasar Garzón el pasado mes de febrero. Así consta en el auto dictado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que ha ratificado su situación de prisión. Los jueces revelan que las intervenciones telefónicas a las que fue sometido demuestran que ha intentado evitar que la justicia encuentre las pruebas del entramado.

El tribunal también sostiene que el riesgo de fuga es elevado porque tiene "contactos, intereses económicos y empresariales fuera de España que le permitirían vivir sin necesidad de pisar suelo español".

Asimismo, los jueces desvelan que Correa no ha hecho la declaración de la renta desde 1999. Por ello, rechazan que sea el sustento económico de su familia, sus padres nonagenarios, su hijo de cinco años y un hermano disminuido psíquico, como alegó su letrado. Los jueces tampoco han tenido en cuenta que no tengan relaciones "con actividades delictivas", como dijo su defensa. Más bien al contrario, dice el tribunal, "sus relaciones se han circunscrito en los últimos años a autoridades y otras personas de la vida pública".

Mientras, el juez Antonio Pedreira, instructor del caso Gürtel en el TSJM, decidió prorrogar ayer otro mes el secreto sumarial.