La cúpula del PP, evitando siempre aclarar cuál será su voto en la tramitación parlamentaria del decreto del Gobierno contra la crisis, prosiguió ayer en su estrategia de desgaste sin tregua. La número dos del partido, María Dolores de Cospedal, celebró que el PSOE ya no podrá utilizar más la "mentira" de que "votar al PP pone en peligro las pensiones", un "soniquete" --dijo-- que al final "se ha vuelto contra ellos".

Del total de medidas anunciadas por José Luis Rodríguez Zapatero el 12 de mayo, la congelación de las pensiones es la que con más gusto recuerdan una y otra vez los dirigentes populares. "El, que presumía de ser el Robin Hood de la economía española, robándole a los ricos para dárselo a los pobres", se burló De Cospedal. "Cada vez que Zapatero toma una nueva medida, al final la gran pagana es la sufrida clase media", zanjó la dirigente popular.

El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, recurrió a invectivas para que la factura política del decreto sea alta para el PSOE. "No consiento que me dé lecciones quien le ha reducido la pensión a mi padre", dijo González Pons. Y, consciente de que el próximo frente de batalla será, tal vez, la reforma del mercado laboral, afirmó: "A este paso, será el primer presidente del Gobierno que instaure el despido libre en España".