El informe calcula que el coste provocado por el cierre de la central nuclear de Lemóniz tras la campaña de atentados emprendida por ETA entre 1977 y 1981 alcanza los casi 4.000 millones de euros. Durante esos años, los daños ocasionados a las instalaciones de la central y a otras propiedades de la compañía Iberduero (ahora Iberdrola), propietaria de Lemóniz, alcanzaron los 12,9 millones de euros. El 70% de esos atentados se perpetraron en el interior de la propia central en 1978 y 1979.

El 3 de junio de 1994, el Consejo de Ministros estableció que las inversiones realizadas en Lemóniz ascendían a 350.000 millones de pesetas. Iberduero recuperó una pequeña parte de su inversión con la venta, como material de segunda mano, de los componentes instalados en la central nuclear. El resto de la inversión se está amortizando a través de recargos establecidos en los recibos de la luz. El importe total del dinero recibido por la compañía superaba los 661 millones de pesetas en 1994. El resto se pagará durante los próximos 15 años.

Otra empresa afectada por la actividad de ETA ha sido la autovía de Navarra-Guipúzcoa, que ha supuesto un coste de 98 millones de euros. La carretera se inauguró en 1995 con el trazado pactado entre el PNV y la izquierda abertzale en agosto de 1991, después de que ETA amenazara el trazado defendido por las instituciones vascas y los partidos democráticos.