Expertos en Derecho Constitucional consultados por este diario coinciden con los políticos en considerar inconstitucional el plan Ibarretxe , aprobado a finales de diciembre por el Parlamento vasco y que entrará dentro de unos días en el Congreso para su tramitación.

Javier Pérez Royo, Eliseo Aja y Julio González Campos coinciden en ese juicio. Pero también en que no tiene sentido que el Gobierno presente, como pide el PP, un recurso ante el Constitucional contra un texto que sólo es un proyecto. Y coinciden en que es imprescindible que el Congreso escuche las razones de los nacionalistas vascos, evitando la devolución sin más.

La declaración desoberanía vasca

El artículo 12 del proyecto dice: "Las ciudadanas y ciudadanos de la Comunidad de Euskadi, en el libre ejercicio de su derecho de autodeterminación y de conformidad con el respeto y actualización de los derechos históricos que contempla la disposición adicional primera de la Constitución, acceden al autogobierno mediante un régimen singular de relación política con el Estado español, basado en la libre asociación. La Comunidad de Euskadi y sus instituciones representativas establecen dicha relación de libre asociación desde el respeto y reconocimiento mutuo, y sin perjuicio de su revisión, conforme se establece en el presente Estatuto político".

"Fragmenta el poderconstituyente"

Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, no tiene ninguna duda sobre el carácter inconstitucional de la propuesta del lendakari. "Lo gordo es que fragmenta el poder constituyente. A partir de ahí no tiene sentido discutir si tal o cual artículo respeta o no la Constitución", argumenta. La soberanía, recuerda, recae en el pueblo español. "Ellos dicen que hay un poder constituyente vasco distinto, aunque proponen hacer un uso limitado de ese derecho originario con la fórmula de la libre asociación".

Ahí está el meollo del conflicto, sostiene: ¿Dónde reside la soberanía? Y recuerda que ese fue el debate que estaba detrás de la guerra civil norteamericana: ¿Residía en el conjunto de EEUU o en cada uno de sus estados? Los sureños defendían esto último y de ahí su intento de secesión. "A partir de la afirmación del plan Ibarretxe de que hay un poder originario constituyente vasco ya no hay debate jurídico posible".

Necesidad de diálogoy negociación

Pérez Royo admite que la Mesa del Congreso podría considerar que se trata de una reforma de la Constitución, no del Estatuto, y devolverlo, pero cree que eso sería un error. Admite que el Parlamento vasco tiene derecho a hacer lo que ha hecho. Y pone el acento en que el Estatuto vasco es el único que sólo exige mayoría absoluta para proponer la reforma. Cree que eso tiene que ver con que los nacionalistas vascos rechazaron en 1978 la Constitución, por lo que el Gobierno de entonces (de UCD) debió de acceder a un acuerdo provisional que sería revisable, sólo con la voluntad de los vascos.

Este catedrático sostiene que la única solución es abrir una negociación en el Congreso, y concebir la reforma como se concibió en 1979 la aprobación del actual Estatuto: negociación y pacto. "Sería importantísimo para ganarse a la opinión en el País Vasco", sostiene. No está de acuerdo con liquidar el trámite mediante una votación del Congreso que rechace el proyecto.

Un referendo ilegalimposible de hacer

Pérez Royo dice que es una barbaridad acudir al Tribunal Constitucional, como propone el PP, y una barbaridad todavía mayor amenazar con el artículo 155 de la Constitución, que prevé que el Gobierno central pueda imponer sus decisiones a las autoridades de Vitoria aunque éstas sean las competentes.

Este catedrático cree que los nacionalistas vascos deberán aceptar la realidad. Y no ve posible que el Gobierno vasco pueda llevar a cabo un referendo ilegal en contra de la decisión del Congreso, cuando Alava está en manos del PP y muchos ayuntamientos están gobernados por el PP o por el PSE, cuyas autoridades podrían impedir que las urnas se instalasen. "Se les trocearía el país, se les rompería Euskadi", termina.

Sin respeto a las reglas,no hay legitimidad

Eliseo Aja es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Barcelona. Al revés de Pérez Royo, prefiere analizar los aspectos con carácter normativo, antes que las declaraciones de principios sobre la soberanía. "Ninguna filosofía es inconstitucional, salvo la violenta. Lo importante es el texto, el mandato que contiene", dice.

En su opinión, en al menos 15 artículos el plan Ibarretxe contradice la Constitución. Es el caso del artículo 13, que regula la potestad para convocar referendos. "No sólo vulnera la Constitución, sino que es prácticamente un artículo sin límites. Carece de sentido en el constitucionalismo moderno".

Tampoco considera constitucional el tratamiento que el artículo 2 dedica a la posible incorporación de Navarra, ni la pretensión de que se haga una excepción con Euskadi en la aplicación de determinados artículos de la Constitución.

"Muy partidista ycontrario al consenso"

En su opinión, violan también la Constitución la pretensión de regular la nacionalidad de los vascos; la asunción de un régimen diferenciado de partidos y sindicatos; determinados aspectos de los artículos destinados a crear una Justicia vasca --que al mismo tiempo regulan el Supremo, el Constitucional y el Poder Judicial-- y el invento del decreto ley autonómico.

Mención especial merece el régimen competencial recogido en el proyecto, con un enfoque totalmente distinto al de la Constitución. "Por esa vía, el País Vasco podría hacer lo que quisiera, incluso tomar decisiones sobre cuestiones que el propio proyecto atribuye al Estado. No es serio", afirma Aja.

"El proyecto tiene una gran parte contraria a la Constitución. La verdad es que resulta muy partidista y contrario al consenso que la Constitución requiere para los estatutos. En conjunto, los nacionalistas vascos dibujan una situación de Estado confederal y aprovechan la Constitución sólo en los puntos que les interesa", señala Aja, quien argumenta que los estatutos y la Constitución son las reglas de juego y "si no se respetan las reglas del juego, no hay legitimidad". Y lo más grave del plan Ibarretxe , agrega este catedrático, es que no respeta las reglas de juego.

Con buena voluntadpuede haber acuerdo

Como Pérez Royo, Aja es partidario de que el proyecto de Ibarretxe pueda ser negociado en el Congreso, siguiendo el procedimiento que para estos casos arbitró la presidencia en 1993: a través de una comisión mixta formada entre la comisión constitucional de la Cámara baja y el Parlamento vasco. "Si hay buena voluntad, puede haber acuerdo, pero esto necesitaría un cambio de posiciones. El pacto es la mejor salida posible, pero debe ser un pacto de verdad, en el que se respeten las reglas del juego y después todos cedan; es difícil, pero no lo descarto", afirma.

González: "No existe elderecho a la secesión"

Julio González Campos, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Madrid y exmagistrado del Constitucional, opina que el Derecho Internacional no admite que un grupo nacional en un Estado pueda autodeterminarse, salvo que esté privado de sus derechos políticos o sufra discriminación. "No es el caso del País Vasco, que goza de amplia autonomía", señala. "No existe el derecho a la secesión ni a configurar la autonomía que uno quiere".

González no es partidario de que el Gobierno recurra ante el Constitucional, pero sí de que la Mesa del Congreso no admita a trámite la proposición de ley. "Así el problema se puede invertir y será de los proponentes, que deberían ser quienes acudieran al Constitucional", afirma. A González le preocupa que no se encuentre un marco de diálogo con los vascos: "Sería terrible dar la impresión de que se rechaza la propuesta sin escuchar sus razones".