La dirección popular ve cada vez más cerca la posibilidad de reconquistar el Gobierno balear, sobre todo después de que el socialista Francesc Antich rompiera ayer su pacto con Unió Mallorquina (UM), una fuerza política asfixiada por la corrupción. Con este panorama a la vista, el presidente de los conservadores, Mariano Rajoy, ha dado órdenes a su equipo para acelerar el proceso de renovación en el seno del PP de las islas, habida cuenta de que casi una veintena de exaltos cargos de la era Matas están imputados en diversos casos judiciales.

De hecho, el propio Jaume Matas --que actualmente reside en EEUU-- deberá acudir a declarar a los juzgados mallorquines el 23 de marzo, puesto que la fiscalía considera que podría haber incurrido en delito por su gestión en la construcción del velódromo Palma Arena, así como por el supuesto aumento de su patrimonio particular en los últimos años. Pero Rajoy quiere que el partido haya hecho limpieza, oficialmente, antes de que el expresidente autonómico se las tenga que ver con el juez. Eso explica que el PP balear haya convocado un congreso para el 6 de marzo.

DOS CANDIDATOS Cuando Matas abandonó la política y cruzó el Atlántico, fue sustituido por una mujer de su confianza, Rosa Estarás. La sucesora no lo tuvo nada fácil, ya que el entorno del expresidente nunca respetó en demasía sus galones y los críticos la veían como una imposición que significaba "más de lo mismo". De nada le sirvió a Estarás contar con el apoyo explícito de Madrid y ganar un congreso al alcalde de Calvià, el popular Carlos Delgado, representante del ala dura del partido y detractor del nuevo Estatuto y del uso del catalán en la escuela. La presidenta terminó por dar un portazo e implorar un cómodo retiro en el Parlamento Europeo a Rajoy, que finalmente se apiadó de ella.

En este contexto tomó las riendas del partido José Manuel Bauzá, desvinculado de la etapa Matas. Bauzá se presenta como candidato en el cónclave de marzo y cuenta con las bendiciones de Madrid, pero volverá a tener enfrente a Delgado, el alcalde de Calvià, que se resiste a perder la esperanza de llegar al poder en el PP balear y, si las cosas se le siguen complicando a Antich, en las islas.