Las elecciones gallegas las ha ganado el popular Alberto Núñez Feijóo, aunque será el líder del PP, Mariano Rajoy, quien mayor rédito le sacará a este triunfo en las urnas si sabe administrarlo con inteligencia. Esto es lo que se deduce de las reflexiones que hacían ayer buena parte de los críticos que Rajoy soporta en el seno de su propio partido. Sin micrófonos delante, asumen que Rajoy hizo una apuesta "tan arriesgada como personal" en Galicia, donde decidió volcarse en campaña, hasta el punto de tener actos diarios paralelos a los de su candidato, Núñez Feijóo. Por eso, los consultados no se extrañan de que Rajoy se apropie ahora de una mayoría absoluta que ha desalojado del Gobierno a socialistas y nacionalistas. Tampoco ocultan que, si el resultado hubiera sido adverso, ellos habrían apuntado directamente al presiente como responsable.

La que sí habló ayer públicamente de este asunto fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, una de las dirigentes del PP más críticas con Rajoy. "Estos resultados fortalecen a todo el PP y, al primero, al presidente Rajoy", admitió. Y adelantándose a los que puedan pensar que a ella no le interesa la victoria, espetó a los periodistas: "Aquí el que ha perdido ha sido Pepiño José Blanco, lo tienen ustedes claro, ¿no?".

Pero Rajoy está tan satisfecho que se anima él mismo. "Es un extraordinario triunfo del PP de Galicia y también muy importante para el PP de toda España", dijo el líder conservador, que se desplazó por la mañana a Galicia para arropar a Feijóo.

´SI´ AL CAMBIO EN EUSKADI Por la tarde, Rajoy y su comitiva viajaron a Euskadi para participar en la junta directiva de los populares vascos. A puerta cerrada, se estudiaron las peticiones a hacer al socialista Patxi López para favorecer el cambio. "Un acuerdo no es un regalo", dijo ayer un dirigente del PP para explicar que la disposición a entenderse con el PSE deberá pasar por compromisos "tasados y escritos".