El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha acumulado en el último año y medio numerosos incidentes que podrían haber dado lugar a la apertura de un expediente al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño. Fuentes fiscales explicaron que el último incumplimiento se produjo la pasada semana.

Conde-Pumpido había ordenado a Fungairiño que controlara la situación de los presos para evitar excarcelaciones como la de Alekema Lamari, que, tras fugarse, después de haber cumplido el máximo establecido de prisión provisional, acabó participando en el 11-M. Sin embargo, el fiscal jefe se saltó esa orden y no comunicó a la fiscalía general que el 17 de febrero serán excarcelados cuatro presuntos miembros de Al Qaeda porque el Supremo no ha revisado su condena.

Fungairiño tampoco obedeció la orden que le obligaba a pedir medidas de alejamiento de sus víctimas contra los presos etarras. El fiscal jefe acató ese mandato después de que el alto comisionado para las víctimas lo reclamara.

El fiscal jefe no ha remitido una información mensual sobre el sumario del 11-M, como le pidió su superior. Por ello, la fiscalía desconocía que la larga instrucción de Juan del Olmo puede impedir que el juicio se celebre antes de que sean excarcelados los imputados.