La policía baraja como hipótesis principal que algunos miembros de la cúpula de ETA se escondan en una zona boscosa entre Bélgica y Francia, un área menos vigilada que el País Vasco Francés y donde tienen amistad con nacionalistas belgas. En esta zona se ha encontrado un zulo con armas y explosivos.

Además, las fuerzas de seguridad creen que la banda dispone de hasta 100 miembros entrenados en el manejo de pistolas y bombas y dispuestos a pasar a la acción cuando caiga un comando. Estas personas en teoría llevan una vida normal en Euskadi, alejados de la violencia callejera.