El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se enfrenta el próximo día 23 a un comprometido Comité Federal de su partido, en el que la cúpula socialista avalará sin fisuras su liderazgo, pero con la incógnita de si algún barón le pedirá expresamente que aclare su futuro. Esta reunión, que tiene como objetivo ratificar a los cabezas de lista para las autonómicas y municipales, llega en uno de los momentos más delicados de la última década para los socialistas, con todas las encuestas en contra y un larvado debate interno sobre la decisión de Zapatero de no desvelar si repetirá como candidato. Tanto el vicesecretario general, José Blanco, como la secretaria de Organización, Leire Pajín, se están empleando a fondo estos días para intentar que la reunión del máximo órgano de dirección del partido entre congresos se desarrolle con tranquilidad y sirva para escenificar la unión de los socialistas en torno al líder y a las políticas del Gobierno. Fuentes de la dirección federal del PSOE consultadas por Efe han hecho hincapié en la necesidad de mantener la unidad y la adhesión en una coyuntura política tan comprometida como la actual y "no tirar piedras contra el propio tejado". Recalcan las fuentes que todo aquel que tenga algo que decir lo podrá decir dentro de la reunión, a puerta cerrada, dan por sentado que todos cerrarán filas con Zapatero y hacen suyas unas recientes declaraciones del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, quien dijo que él nunca dejaría solo al torero sin su cuadrilla. No obstante, el desasosiego es visible en las filas socialistas ante el posible revés que podría sufrir el partido en las catalanas de noviembre y las autonómicas y las municipales de mayo, hasta el punto de que incluso el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, llegó a vaticinar una "catástrofe electoral" y abogó por una limitación de mandatos. Sus palabras recibieron contestación inmediata de otros dirigentes del PSOE, incluidos varios ministros, y Barreda se apresuró a reconocer que era probable que no hubiese estado "acertado". Esta misma semana ha echado más leña al fuego el líder del PSM y candidato socialista por Madrid, Tomás Gómez, al coincidir en la limitación a dos mandatos, si bien luego ha aclarado que no se refería a la Presidencia del Gobierno. Pero la cúpula del PSOE insiste en dar por zanjado este debate y no quiere que se avive en el Comité Federal, al entender que este tipo de dudas internas sólo sirven para alimentar los argumentos de la oposición. Y agregan las fuentes que Zapatero sabe perfectamente medir los tiempos y anunciará si repite como candidato en las próximas generales "cuando sea el momento oportuno". Aunque este tema quede finalmente aparcado, es probable que Zapatero tenga que escuchar algunas quejas a su gestión al frente del Ejecutivo, sobre todo por parte de la corriente Izquierda Socialista, relativas a la reforma laboral o la negociación de los presupuestos generales del Estado con partidos como el PNV. En este punto, la dirección del PSOE intentará convencer a todos los asistentes de que las medidas adoptadas son "imprescindibles" para consolidar la recuperación económica, volver a crear empleo y mantener el estado de bienestar, aunque sean "difíciles e impopulares". Y recuerdan las fuentes que el propio Zapatero se echó a sus espaldas en el último debate sobre el estado de la nación cualquier posible desgaste por esta causa, con la determinación de mantener el rumbo marcado, le cueste lo que le cueste, y con el convencimiento de que desviarse de esos objetivos sería perjudicial para España. Veinte días después de las elecciones primarias, la dirección del PSOE cree que los ánimos en este sentido están calmados y que, en todo caso, las intervenciones que haya irán en la línea de poner en valor este método de democracia interna para la elección de candidatos frente a los sistemas que usan en otros partidos. No se prevén novedades en la ratificación de los cabezas de lista del PSOE para las trece comunidades autónomas que celebran elecciones en mayo de 2011 y para las capitales de provincia y ciudades de más de 50.000 habitantes. El asunto más embarazoso será la polémica candidatura de Benidorm, para la cual los socialistas alicantinos, con el beneplácito de la ejecutiva regional, han designado como independiente al actual regidor, Agustín Navarro, que se dio de baja en el PSOE tras acceder a la Alcaldía gracias a una moción de censura que contó con el apoyo de un tránsfuga.