Una de las preguntas inesperadas del programa la protagonizó Begoña Santamarina, de Portugalete, que se interesó por saber "qué siente cuando se acuesta con su señora" el presidente del Gobierno. Y tras darse cuenta de que sus palabras generaban un cierto malentendido, matizó que lo que quería saber es qué le comenta Zapatero a su mujer por la noche sobre cuál ha sido su principal preocupación de la jornada.

Zapatero contestó: "Sin duda, las cifras del paro" y, a partir de ahí, reiteró el mensaje de confianza y optimismo "por orgullo de país". Previamente ya había aseverado: "Si algo me quita el sueño es, sin duda, las personas que pierden el empleo".

Otra de las intervenciones más incisivas e imprevistas la de Rafael, un granadino de 29 años que acusó a Zapatero de "hipócrita" por criticar el ataque de Israel a Gaza y levantar la bandera de los derechos humanos, pero a la vez exportar armas a diversos países, como el propio Estado hebreo. Zapatero aseguró que el volumen de ventas a Tel-Aviv es "insignificante" y lo cifró en torno al millón de euros. Ante la siguiente intervención del joven preguntándose cuántos civiles palestinos han muerto debido a la acción de armas fabricadas en España, el jefe del Ejecutivo dijo estar convencido de que eso no había sucedido, si bien no disponía de datos.