El jefe del equipo médico español desplazado a Turquía tras el accidente del Yak-42 en Trebisonda, el general en la reserva Vicente Carlos Navarro, falseó certificados de defunción e informes médicos de los 62 militares fallecidos en el accidente aéreo, ocurrido el 26 de mayo del 2003. Esa es la conclusión que se desprende tras constatar que en dichos documentos Navarro asegura que se practicaron autopsias a víctimas supuestamente ya identificadas, a pesar de que los informes elaborados por las autoridades turcas, en cambio, aseguraban que era imposible determinar su identidad.

El pasado lunes, Navarro matizó ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios que los exámenes realizados a los cadáveres eran más bien inspecciones visuales que definió como "autopsias light ".

Un ejemplo muy ilustrativo es el del subteniente Joaquín Alvarez Vega, una de las 30 víctimas que fueron mal identificadas. A Alvarez se le adjudicó la bolsa 17. En su caso, la descripción realizada por los forenses turcos es: "Todo el cuerpo presenta quemaduras en grado de carbonización. Presenta pérdidas en la parte superior de la cabeza y rotura en la zona del estómago. No se ha encontrado nada encima para identificarlo". El día 28, pese a ello, Navarro firmó el certificado de defunción del subteniente Alvarez Vega. "Se realizó autopsia", escribió, y al precisar cómo se estableció su identidad, escribió: "se realizó mediante identificación individual".

AUTOINCULPACION Navarro, al comparecer el lunes, se autoinculpó de los errores e insistió en asumir "toda la responsabilidad de lo ocurrido". Quiso así exculpar a todos "los mandos superiores e inferiores", entre los que citó al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo. Su declaración fue rebatida por otro de los militares que ese día prestó declaración ante la juez, el comandante auditor Alberto Ruiz de los Paños, según informó El País .

Ruiz de los Paños explicó que horas antes de la celebración de los funerales informó a sus superiores, nada más regresar de Turquía en el avión en el que se transportaban los féretros, de que había 30 cuerpos todavía sin identificar. Así se lo habían comunicado --dijo-- las autoridades turcas por escrito en presencia de Navarro. Este, en cambio, afirmó que no supo de ese detalle porque no disponía de un traductor eficaz cuando los expertos turcos le informaron. Ruiz de los Paños aclaró a la juez que había un traductor.

Ayer declaró como testigo el general de brigada Francisco Sánchez Borrallo, que atribuyó a un fallo humano el accidente. Habló de "error fatal" y descartó que el estado del avión hubiera tenido que ver en el siniestro.