La policía asestó ayer un nuevo golpe a los dirigentes del terrorismo callejero. Los agentes detuvieron a cuatro personas, que junto a los siete arrestados la semana pasada, tenían la orden de reconstruir la rama juvenil de ETA --Segi-- en San Sebastián. La Comisaría General de Información consideró que la operación ha puesto en jaque mate al embrión de esta organización en la capital guipuzcoana. Dada la eficacia contra los impulsores y principales ejecutores de la kale borroka , en el mundo aberzale hay miedo de que sus filas estén infiltradas y haya más golpes.

Los detenidos son Martín Mendizabal, Jon Etxeberria, Iñaki Coloma, y Ekaitz Ezkerra. La operación iba a ser más amplia --como demuestra el hecho de que se llevaran a cabo 18 registros-- pero algunos de los inculpados huyeron tras el golpe del 30 de octubre. Precisamente la documentación incautada en aquella operación ha permitido las nuevas detenciones. Interior les acusa, además, de dirigir la nueva Segi en San Sebastián, de hacer labores de captación de jóvenes y de organizar y participar en los disturbios posteriores a las manifestaciones ilegales convocadas por Batasuna y Askatasuna.

En Interior no ha sorprendido que ETA haya intentado reconstruir Segi, dado que la banda se caracteriza por intentar restaurar todas sus organizaciones desarticuladas. El Supremo señaló en febrero, en la sentencia en la que condenó a 23 acusados de pertenecer a la organización, que está "controlada por ETA" y "complementa su actividad" mediante la kale borroka .

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, añadió que el 30% de los que empiezan con "la llamada violencia de baja intensidad, acaba jugando en la de alta". Por tanto, según Rubalcaba, el objetivo del Gobierno con estos golpes es doble: "Evitar que la cantera de ETA campe por sus respetos" y poner fin a "la impunidad" que lleva a ver con "normalidad" que cada fin de semana haya nuevos altercados.