Los dirigentes de IU no ocultaron ayer su malestar por la marcha de Rosa Aguilar, uno de sus principales referentes y alcaldesa de Córdoba, la única capital de provincia que mantenía la coalición, y que ha aceptado incorporarse como independiente al Gobierno andaluz.

De nada han servido las explicaciones del flamante presidente, José Antonio Griñán, acerca de que la ha escogido por su manifiesta "sensibilidad de izquierdas", ya que IU de Andalucía ha exigido al PSOE una reunión para pedir explicaciones.

La salida de Aguilar se produce justo en un momento en que los ánimos en el seno de la coalición se habían calmado un poco tras el nombramiento de Cayo Lara como coordinador general, tras el tempestuoso paso de Gaspar Llamazares y una grave crisis interna. Los más dolidos, como no podía ser menos, son aquellos que mantenían una estrecha relación personal con la hasta ahora alcaldesa. Llamazares, que intentó ubicar a Aguilar como su sustituta, explicó que ahora había intentado disuadirla de irse a la Junta, un "error" que ni entiende ni comparte.

ACUSACIONES Muy molesto, la acusó incluso de "deslealtad", al recordar que IU votó en contra en la elección del nuevo presidente andaluz, y reconoció que su marcha representa "un grave quebranto" para la formación. El excoordinador general fue de los pocos que en voz alta se atrevieron a exponer el daño que este abandono hace a la coalición de izquierdas. Cayo Lara, que dijo haberse enterado a través de un mensaje en el móvil, restaba importancia al asunto, ya que Aguilar es "una más de esta bandada de patos inmensa que es Izquierda Unida; somos una organización colectiva". "Si se marcha una rosa, vendrán miles de rosas y claveles", ironizó. Y el propio Julio Anguita, amigo personal de la ya exalcaldesa y mentor durante muchos años, afirmaba que serán los ciudadanos quienes "la juzguen y digan si entienden o no su marcha", aunque auguraba que su decisión de marcharse a un año de ser elegida le "resta credibilidad".

La afectada insistía en que no deja a sus compañeros en la estacada, porque "saben que me tienen", aunque tenía claro que ha roto cualquier vínculo formal con IU, "ya que no se puede estar en la oposición y en el Gobierno". Aguilar no paró de pedir respeto, "que no comprensión", a una decisión tomada por "razones personales" y basada en que comparte los objetivos políticos de Griñán. Y aseguró que no va a entrar al trapo de las críticas que le puedan hacer sus excompañeros. La incorporación de Aguilar al Gobierno del PSOE, aunque sea como independiente, se solapó con la toma de posesión de Griñán como presidente andaluz, en un acto en el que estuvo arropado por su antecesor, Manuel Chaves; el presidente de Castilla-La Mancha, José Maria Barreda; y la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín.

Griñán ha formado un Ejecutivo con mayoría femenina (nueve mujeres y seis hombres). Los socialistas han destacado que ha tenido "manos libres" para elegir a su equipo, como demuestra el fichaje de Aguilar. El presidente insiste en que es candidato para el 2012, y no le ha importado rescatar a Mar Moreno a la que muchos en el PSOE veían como la sustituta de Chaves, aunque, eso sí, tendrá que lidiar con Educación, una de las consejerías más complicadas y que dejan menor espacio al lucimiento.