Aentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron ayer a a 31 guardias municipales del municipio madrileño de Coslada (86.478 habitantes) acusados de un delito de extorsión por cobrar comisiones a los bares de copas, locales de alterne y comercios de la localidad. Entre los arrestados figura el oficial jefe de la policía local, Ginés Jiménez Buendía, que también era el cabecilla de la banda.

La intervención policial corresponde a la segunda fase de una operación que se inició con la investigación de una mafia de origen rumano relacionada con la prostitución. En el curso de las pesquisas se determinó que había una relación entre esa mafia y algunos policías locales de Coslada. Tras varias semanas de seguimiento y escuchas, el juez ordenó la detención de los 31 agentes. El lunes podrían pasar a disposición judicial.

Tras conocer las detenciones, el alcalde de la población, el socialista Angel Viveros, aseguró que las detenciones le habían sorprendido pero reconoció que había recibido quejas verbales de dueños de bares y de vecinos. Si no llegó a actuar, admitió, fue porque no se llegaron a interponer denuncias formales.

El presunto cabecilla no es un cualquiera. Jiménez Buendía lleva en su puesto de Coslada desde 1986. Solo hubo un paréntesis en su actividad cuando fue suspendido de empleo y sueldo al ser acusado de tres detenciones ilegales. La Audiencia Nacional le absolvió en el 2003 y desde esa fecha estaba de nuevo al mando. En dos ocasiones fue escogido presidente de la Federación de Asociaciones de Jefes de Policía Local de España.

Tras conocer la supuesta trama de corrupción, más de 200 personas se concentraron frente a la sede de la Policía Local de Coslada e increparon a los agentes municipales, informa Efe.