La destitución fulminante de dos cargos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha provocado una crisis en su cúpula. A dos meses de que empiece el macrojuicio contra el entorno de ETA, el presidente del colectivo, Francisco José Alcaraz, apartó de sus funciones el pasado miércoles a dos cargos relevantes de la asociación. Los destituidos, que conocieron la decisión mediante un burofax, son el portavoz, Daniel Portero, y el responsable jurídico, el abogado Pedro Carracín.

Fuentes de la AVT declararon ayer a las agencias Efe y Europa Press que fue la junta directiva la que tomó esta decisión por unanimidad y que el motivo es una "reestructuración interna". Este diario intentó recabar la opinión de Alcaraz aunque éste no atendió las llamadas.

Portero, hijo del fiscal jefe de Andalucía asesinado por ETA en octubre del 2000 y hermano del anterior presidente de la asociación, contradice esta versión y asegura que fue Alcaraz quien la tomó de forma personal. En opinión de Portero, tanto la actitud de Alcaraz como su forma de comunicarle el despido ha sido "despreciable y mezquina".

"SIN NINGUNA EXPLICACION" Según Portero, Alcaraz no les llamó ni les ofreció "ninguna explicación". Así, declaró que se siente "muy dolido por las formas utilizadas" para comunicarles la decisión.

Aunque el abogado Pedro Carracín ejercía la acusación particular en el proceso contra Jarrai, Haika y Segi y en otros procedimientos contra ETA que se están llevando en la Audiencia Nacional, la AVT ha comunicado que no contratará a un nuevo abogado para llevar este caso sino que se lo encomendará a otro de la asociación.

El mes pasado Cerracín fue acusado por fuentes de la fiscalía de dispensar un trato excesivamente respetuoso a Arnaldo Otegi cuando declaró el pasado 29 de mayo en la Audiencia Nacional acusado de pertenecer a ETA.