Cuatro personas fueron detenidas ayer por la Ertzaintza en la localidad guipuzcoana de Aretxabaleta acusadas de los delitos de desobediencia y enaltecimiento del terrorismo. Los agentes se presentaron en una comida popular en la que participaban cerca de medio millar de personas, convocada en favor de los presos de ETA, y arrestaron a tres de los presentes por llevar pegatinas de organizaciones ilegalizadas. También se retiraron carteles en favor de los reclusos etarras.

La operación policial se desarrolló justo un día después de que el Departamento de Interior del Gobierno vasco pusiera en su punto de mira a Etxerat, la asociación de familiares de presos de ETA.

La comida que se celebró ayer en Aretxabaleta es una más de las decenas de iniciativas similares que se desarrollan habitualmente en el País Vasco, tanto para acoger a reclusos excarcelados como para apoyar a sus familiares. Los organizadores del acto explicaron que dos furgonetas de la Ertzaintza llegaron al lugar y solicitaron la identificación a un joven. Al negarse, procedieron a detenerle por un presunto delito de desobediencia. Al ver la escena, decenas de simpatizantes aberzales se acercaron a los agentes, momento en el que fueron detenidas otras tres personas por llevar pegatinas de organizaciones ilegalizadas.

La Ertzaintza está elaborando un informe que enviará a la Audiencia Nacional para que analice si Etxerat debe ser ilegalizada, una medida que ya exige el PP. El portavoz parlamentario del PSE-EE, José Antonio Pastor, afirmó ayer que serán los jueces los que decidan si se ilegaliza Etxerat. Por su parte, el secretario general de EA, Pello Urizar, criticó la política del Departamento vasco de Interior con la retirada de fotos y carteles de presos, ya que "utilizan el mensaje de que todo es ETA y de que hay que hacer cualquier cosa para acabar con ella".