Suma y sigue en la operación Malaya contra la corrupción municipal y urbanística en Marbella. La policía detuvo ayer a María Rosa Jimeno, mujer del presunto cerebro de la trama Juan Antonio Roca, así como a su hija, de 23 años, su cuñado y una cuarta persona. Todos ellos están acusados de un supuesto delito de blanqueo de dinero, acción que al parecer realizaban adquiriendo boletos y décimos de lotería premiados, y está previsto que presten declaración judicial en las próximas horas.

Según la policía, esta nueva fase de la operación sigue abierta, por lo que no se descartan más detenciones. El arresto de Rosa Jimeno, que ya declaró el pasado mes de noviembre por los mismos delitos, se produjo a primera hora de la mañana en su domicilio de Marbella, que fue registrado de nuevo. Su hija fue arrestada después en Madrid, donde también reside el otro hijo de Roca, cuando se disponía a comenzar sus clases en la Universidad Pontificia.

Fuentes policiales explicaron que ambas eran las encargadas de "limpiar" el dinero obtenido por el asesor de Urbanismo marbellí en sus negocios ilícitos mediante la compra de billetes de lotería a un precio más elevado, para lo que contaban con la ayuda de otra de las detenidas ayer, identificada como K.M.M. y empleada en una inmobiliaria de Murcia. Arrestada en Torrepacheco, ella localizaba a las personas premiadas con los boletos y actuaba de intermediaria.

Asimismo, en la trama participaba presuntamente el hermano de Jimeno, Antonio, que era director de una sucursal de La Caixa en Los Alcázares (Murcia), hasta que en octubre del año pasado fue despedido. En esa fecha, una auditoría interna reveló la presencia en la caja fuerte de la entidad de más dinero en efectivo del que tenía que haber, así como de lotería premiada.

Con estas son ya más de 90 las detenciones practicadas desde el inicio de la operación en marzo del 2006. Todavía permanecen en prisión el propio Roca, el exalcalde Julián Muñoz y los letrados Manuel Sánchez Zubizarreta y Juan G. Hoffman. Los últimos arrestos han coincidido con el levantamiento del secreto de parte del sumario. En él se desvela que en su comparecencia ante el juez, Rosa Jimeno declaró que, aunque ella era administradora única de una entidad, era su marido el que se encargaba de "todo lo relativo a la vida societaria" de la misma y las adquisiciones inmobiliarias de la familia, mientras que la contabilidad se realizaba desde Mara Asesores, centro neurálgico de la trama.

El asesor Urbanístico llegó además a pagar, según el sumario, más de 200.000 euros a un agente de policía nacional que en diciembre del 2005, con la investigación ya abierta, le informó del nombramiento de nuevos comisarios en Málaga y también en Marbella, uno de ellos responsable de parte de la investigación.