La policía belga detuvo ayer a 15 presuntos terroristas jordanos, marroquís, palestinos y egipcios como sospechosos de estar preparando un atentado terrorista. Según el jefe de la fiscalía belga, Daniel Bernard, no se puede asegurar su implicación en la masacre del 11-M, aunque tampoco la descartó.

Los detenidos estarían relacionados con el Grupo Islámico de Combatientes Marroquís (GICM), en la órbita de Al Qaeda. En la redada, que se llevó a cabo en Bruselas, Amberes y Scharbeek, la policía requisó documentos, libros y vídeos, pero no descubrió armas ni explosivos. El grupo estaba dirigido desde Italia por Osman Ahmed, El Egipcio.