La policía española ha cerrado una de las vías que quedaban abiertas en la investigación del 11-M al detener a los presuntos terroristas que formaban la estructura radical instalada en Cataluña que permitió huir a Bélgica a dos de los implicados en la matanza de Madrid y que colaboró con un tercero. Además, fuentes policiales informaron a este diario que los detenidos, todos ellos de origen marroquí, se dedicaban a financiar el envío de voluntarios a combatir en la yihad , posiblemente en Irak.

Los agentes confían en conseguir más información sobre las actividades de los detenidos cuando se analice la documentación, los tres ordenadores y la agenda electrónica PDA que se ha incautado. También se hallaron resguardos de llamadas a Afganistán y documentación falsa.

La operación de ayer, identificada como Sello II, culmina las acciones policiales Sello I y Tigris, realizadas en junio del 2005 y en las que se detuvo a 16 personas. En la primera, cinco personas fueron detenidas por ayudar a huir de España a dos implicados del 11-M. Mientras, en la segunda, se arrestó a 11 personas implicadas en el reclutamiento y envío de muyahidines a Irak. La mitad de los 16 detenidos en ambas operaciones vivían en territorio catalán.

ORDEN DE DEL OLMO Ayer, agentes del Cuerpo Nacional de Policía, en una operación ordenada por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, arrestaron a tres de los cinco islamistas en Cataluña. Zohaib Khadiri fue detenido en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona); Djilali Boussiri, en Reus (Tarragona), y Nasreddine ben Laid Amri en Vidreres (Girona). Los otros dos --Samir Tahtah y Kamal Ahbar-- ya habían sido detenidos en la operación Tigris. La policía consideraba a Tahtat presunto jefe de la red, vinculada a Al Qaeda en Irak, liderada entonces por Abú Musab al Zarqaui. Ayer, en el momento de la detención, Tahtah estaba cumpliendo condena en la prisión del Puerto de Santa María (Cádiz) y Ahbar en la cárcel de Teixeiro (A Coruña).

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que los detenidos presuntamente ayudaron a Mohamed Belhadj y a Mohamed Afalah a huir de España tras el atentado en Madrid. Fuentes de la investigación creen que dieron cobijo durante horas o días a los islamistas.

Según relató el juez Del Olmo en el auto de conclusiones del 11-M, la noche del 3 de abril, Belhadj y Afalah huyeron de Madrid en un Volkswagen Golf en el que viajaron hasta Barcelona, donde fueron alojados por los acusados. El 4 de abril, Belhadj sacó dinero de una sucursal bancaria. Al día siguiente, ambos estaban en Bélgica.

RED DEL GICM Belhadj supuestamente alquiló el piso de Leganés en el que se suicidaron siete miembros del comando que llevaron a cabo el atentado. Mientras, Interior cree que Afalah, cuyas huellas aparecen en uno de los coches de los islamistas, se suicidó posteriormente en un atentado kamikaze en Irak. En el sumario, el juez del Olmo sostiene que ambos emplearon la red del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) para huir de España, una red que también servía para enviar voluntarios a la yihad iraquí.

Fuentes de Interior confirmaron que, tras el 11-M, los arrestados también ayudaron a Daoud Ouhnane, otro de los huidos del atentado, y cuyas huellas se encontraron en la bolsa en la que los terroristas dejaron detonadores dentro de la furgoneta hallada en Alcalá de Henares.

Fuentes de la investigación judicial descartaron que los terroristas tuvieran planeado atentar de nuevo en España. No obstante, han encontrado indicios que les implican en las redes de envío de combatientes a Irak. Según esas fuentes, los detenidos eran "financiadores importantes" de los viajes de esos voluntarios, a muchos de los cuales ni siquiera conocían.