Nunca antes, con la trágica excepción del 11-M, una célula de terroristas islámicos había estado tan cerca de preparar un atentado en España. Y en esta ocasión, Al Qaeda apuntaba contra Barcelona. Los 15 extremistas --12 paquistanís, dos indios y uno no identificado-- que fueron detenidos ayer en dos redadas en los barrios de Santa Caterina y del Raval formaban "un comando vinculado a la yihad global que estaba preparándose para cometer atentados de un calibre similar al del 11-M en España y Francia", según fuentes del Ministerio del Interior.

Catorce de las detenciones se produjeron en la madrugada del sábado, aunque la operación seguía abierta al cierre de esta edición, tras apresarse anoche al propietario de una pastelería de la calle Hospital. Estas fuentes señalaron que el comando pretendía "atentar a corto plazo en varios lugares de España y Francia y, entre esos objetivos, estaba cometer un gran ataque terrorista en Barcelona". Prueba de lo avanzado del plan es que la célula desmantelada había dejado la fase de planificación y estaba inmersa en fabricar explosivos.

SOPLO DESDE PAKISTAN El operativo se inició cuando, desde Pakistán, llegó al servicio secreto de un país europeo la información de que en Barcelona había un comando con intención de atentar en breve. Ese servicio contactó con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el servicio secreto español, que, en colaboración con la Guardia Civil, logró ubicar la célula terrorista.

Varios días de seguimientos confirmaron las sospechas. "El viernes por la noche se vio a varios de esos individuos cargados con mochilas y dirigiéndose a una vivienda. Se temió lo peor. La situación se precipitó por el temor a que el atentado pudiera producirse esa misma noche, así que se decidió actuar", comentaron fuentes de Interior.

A las 2 de la madrugada, agentes de la Guardia Civil recibieron la orden de entrar en dos viviendas, dos mezquitas y una panadería, situadas en la calle de Massanet, Hospital, Riereta y de la Cera. Pero fue en el local de la calle Massanet donde nueve de los presuntos terroristas fueron pillados en pleno operativo. "En el momento en que se entró en ese piso, los acusados estaban en plena clase práctica de cómo fabricar los explosivos; había varios que estaban enseñando a los otros cómo elaborar las bombas", según fuentes de Interior.

Las fuerzas de seguridad pensaban que los extremistas guardaban los explosivos en esas vivienda. "Eramos conscientes de que nos podíamos enfrentar a una situación como la de Leganés", explicó ese responsable, en referencia a la acción en que se suicidaron la mayoría de los autores del 11-M al verse acorralados por la policía.

ENSAYOS Aunque no se hallaron explosivos, la Guardia Civil se incautó de detonadores, temporizadores y de metralla, sobre todo bolas de acero. Además, se hallaron restos de productos químicos que ayer estaban siendo analizados para determinar si, como se sospecha, o bien se trata de restos de explosivo o de los ingredientes para fabricar un explosivo similar al empleado en los atentados del 7-J en Londres. "Habían ensayado ya, pero mezclando muy pocas cantidades", explicaron esas fuentes.

Según Europa Press, en los registros se halló una bolsa con menos de 50 gramos de peróxido de acetona, explosivo muy destructivo. El hecho de que el material incautado fuera rudimentario no rebaja la amenaza. "Los autores del 11-M no obtuvieron los explosivos hasta 10 días antes del atentado", advirtió un responsable antiterrorista.

"MUCHO DAÑO" "Esta gente quería hacer mucho daño, dar un gran golpe en Barcelona", señala el responsable de otro cuerpo de seguridad que ha participado en la operación. Según su intención, el objetivo del comando era cometer una serie de atentados en España "como represalia por la presencia de tropas españolas en Afganistán". Además, los detenidos querían extender los ataques a Francia. La inspección del material informático incautado debe arrojar más datos sobre las intenciones de los miembros del comando, trasladados ayer en furgones blindados desde Barcelona a la Audiencia Nacional.

En una comparecencia de urgencia, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó lo avanzado de los planes del comando. Según él, los detenidos habían dado "un paso más allá de la radicalización ideológica" y "estaban ya en fase de actividad" al adquirir "material que puede formar parte de explosivos o ser usado para fabricarlos".

"Cuando alguien tiene en casa temporizadores no hay más remedio que pensar que estaba planteándose acciones de tipo violento", dijo el ministro, que admitió que España está en el punto de mira de la red de Bin Laden: "España aparece en todos los comunicados de Al Qaeda, así que estamos en un nivel muy alto de alerta".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prefirió ser cauto. Con todo, reveló que las detenciones tuvieron una "importante colaboración internacional" y "felicitó" al servicio secreto y la Guardia Civil, informa Patricia Martín.