Aunque ETA aseguró que seguía vigente el alto el fuego después del atentado de Barajas, la banda ha aprovechado la tregua para recomponer el comando Donosti. La Guardia Civil detuvo ayer a ocho personas presuntamente integrantes de este grupo, entre ellos un liberado (a sueldo de la banda), que disponían de al menos 30 kilos de explosivos, además de detonadores y bombas lapa listas para ser utilizadas. Al cierre de esta edición, la operación no estaba cerrada y fuentes conocedoras de la misma señalaban que habría más detenciones, probablemente otras cuatro. Asimismo no descartaban que los detenidos estuvieran preparando una acción terrorista.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, señaló que se trataba de una "amplia operación" contra las "infraestructuras" de ETA en el País Vasco. Pero no quiso dar más detalles al seguir abierta la operación. Según adelantó este diario, la Guardia Civil había detectado desde hace tiempo la presencia de miembros activos de la banda en Guipúzcoa y Vizcaya. El detonante de este operativo, según fuentes de la lucha antiterrorista, fue que en las últimas horas los agentes detectaron la entrada desde Francia del liberado José Angel Lerín Sánchez, previsiblemente con órdenes del jefe de la cúpula militar de ETA, Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki.

EN EL GARAJE Lerín fue detenido hacia una de la tarde en Andoain (Guipúzcoa), armado con una pistola, en las proximidades de la casa de uno de los detenidos, posiblemente de Juan Carlos Herrador. En un garaje del edificio los agentes encontraron los explosivos y las bombas lapa. Fuentes de la lucha antiterrorista señalaron la importancia de que tuvieran estos artefactos --que se utilizan para colocar en los bajos de los coches-- ya preparados, así como explosivos en buen estado. Este material dura como máximo un año, por lo que es poco probable que lo tuvieran almacenado desde antes de la tregua.

Lerín es natural de Pamplona, había sido detenido por actos de kale borroka y se estima que estaba huído desde el año 2005. En concreto, en 1993 fue condenado a tres años por agredir a un policía nacional en una manifestación. Fuentes de la investigación le sitúan en la cabeza del comando, ya que el resto son legales, es decir, no están fichados por la policía y llevan una vida normal, cuando no colaboran con la banda terrorista.

LAS RAMIFICACIONES La labor de Lerín habría consistido en captarlos y darles órdenes, entre ellas que presten sus pisos o sus coches para almacenar y transportar armas y explosivos y confirmar objetivos. Las mismas fuentes ven poco probable que este grupo realizase labores de información. Asimismo señalan que no solo actuaban en Guipúzcoa, sino que tenían "ramificaciones" en el resto del País Vasco y Navarra.

Así, en Guipúzcoa fueron detenidos otras cinco personas: Juan Carlos Herrador Pousa, Iñigo Orúe, Arkatiz Agote, Julián Larrañaga e Itziar Agirre, en sus lugares de trabajo o sus casas. Por ejemplo, Herrador, de 39 años, fue arrestado en la herriko taberna del barrio de El Antiguo, de San Sebastián. Además, Endika Zinkunegi Zubizarreta fue capturado en Oyón (Alava) y Lorea Irigoyenia en Uharte-Arakil (Navarra). Al cierre de esta edición, los agentes estaban realizando registros en varias casas.