El anterior director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar, reveló ayer ante la comisión de investigación del 11-M que la tarde del día 13, víspera de las elecciones generales, recibió "presiones" desde la Moncloa orientadas a mantener a ETA como posible autora de los atentados. Dezcallar dijo haber recibido una llamada del entonces secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timmermans, instándole a rectificar una información de la SER según la cual el centro de inteligencia apuntaba "en un 99%" al terrorismo islamista.

El exjefe de los servicios de inteligencia destacó lo insólito de la llamada, al señalar que "el centro no sale nunca a una polémica con los medios de comunicación". Y aseguró que él se limitó a "matizar" que "no era verdad que el CNI hubiera abandonado totalmente una línea de investigación en beneficio de otra", algo que nunca dijo la SER. "Yo no desmentí, maticé", dijo Dezcallar. Pese a todo, la agencia pública Efe transmitió aquel día 13 sus declaraciones bajo el titular: "El director del CNI desmiente a la SER".

"MUCHOS NERVIOS" La confesión del exjefe de inteligencia se produjo tras la pregunta del portavoz de ERC Agustí Cerd : "Recibió alguna presión del señor Timmermans?". "Sí, la recibí", contestó Dezcallar. Y añadió: "Había muchos nervios en muchos sitios. A mí me llamaron, no una vez, sino varias veces diciéndome: ¿Es verdad que estáis informando, es verdad que el CNI está diciendo lo que no es verdad? Y como no era verdad que el CNI hubiera abandonado totalmente una vía de investigación en beneficio de otra, yo aclaré eso, y no dije nada del 99%, el 88% o el 42%".

El exjefe del espionaje y actual embajador ante la Santa Sede desveló, además, que hizo su aclaración ante Efe sin saber, porque nadie se lo informó desde el Gobierno, que poco antes la policía había detenido a dos indios y tres marroquís. Dijo que, si hubiera sabido de las detenciones, "a lo mejor" hubiera dicho: "Vuélquense a trabajar cien por cien en los islamistas".

Dezcallar admitió ayer que el CNI permaneció marginado de las investigaciones sobre los atentados hasta cinco días después de la matanza. "Sólo el día 16 empecé a sentirme útil", manifestó. Apuntó que hasta esa fecha no participó en ninguna de las reuniones que el anterior Gobierno mantenía con la cúpula de las fuerzas de seguridad del Estado para evaluar la crisis,

Para pasmo de los comisionados, el exjefe de los servicios de inteligencia dijo que se enteró por la televisión, hacia las 20.20 horas, de la furgoneta hallada por la mañana del día 11 en Alcalá de Henares (Madrid). Lo supo, en concreto, cuando el exministro del Interior, Angel Acebes, anunció el hallazgo del vehículo y comunicó que dentro había siete detonadores y una cinta en árabe con versos coránicos.

PUNTO DE INFLEXION Dezcallar explicó que, al aparecer la foto de la furgoneta en el televisor, él y sus agentes anotaron en un papel la matrícula del vehículo y comprobaron que era la auténtica. "Eso nos hace pensar: éste es un elemento que no encaja con ETA", dijo, en alusión a que los etarras suelen doblar las placas de los coches que roban.

El exdirector del CNI afirmó que la mañana del día 11, al poco de conocerse los atentados, el centro de inteligencia montó una "célula de crisis" que comenzó a trabajar tanto en la pista etarra como en la islamista. Dezcallar señaló que, en un primer momento, se inclinaba a pensar que ETA era la autora, pero añadió que esa pista se fue "debilitando" con las pruebas.

Explicó que la furgoneta fue un punto de inflexión. Añadió que la noche del día 12 existían "más elementos" y que la mañana del día 13 "la cosa ya empezó a estar bastante clara", en alusión a la autoría islamista. Pese a ello, Acebes manifestó a la prensa hacia las 15.30 horas de ese día que ETA era la vía prioritaria de investigación.

Dezcallar admitió que el CNI se precipitó al señalar en el informe del día 11 que no había suicidas en los atentados, porque hasta ese momento no había certeza de ello, y que se equivocó al señalar cinco días después, que hubo suicidas.