Los candidatos a liderar el PSOE caminan por sendas muy distintas. Patxi López, el primero en dar el paso y el único que cuenta con un escaño en el Congreso, basa su campaña en la “unidad” que necesitan los socialistas y podría propiciar su figura, mezclando actos con las bases y apariciones en los medios. Los mensajes de Pedro Sánchez son mucho más ásperos, con duros ataques a la gestora, a la que acusa de colocar al partido “en tierra de nadie” mediante sus acuerdos con el PP. Atrás ha quedado el secretario general que firmó un pacto de gobierno con Ciudadanos y vetó las listas conjuntas en el Senado con Podemos. Sánchez, que solo ha concedido una entrevista desde que se postuló, se presenta ahora como el candidato “de izquierdas”que quiere trabajar “codo con codo” con la formación morada.Susana Díaz, mientras tanto, continúa sin lanzarse. Quedan más de tres meses para las primarias y la presidenta de Andalucía mide los tiempos, pero este sábado, en Madrid, dará uno de los pasos más importantes hacia el liderazgo del PSOE.

Coincidiendo con los congresos del PP y Podemos, Díaz protagonizará un acto con alcaldes donde pondrá a prueba su poder de convocatoria en el partido, que se presume elevado. No está previsto que anuncie su candidatura, pero según algunos colaboradores sí podría mostrar su disposición, mediante una fórmula vaga, a presentarse en las primarias de mayo. En cualquier caso, el formato ha suscitado las críticas de los equipos de los otros dos aspirantes. Organizada por el alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, la cita tiene una apariencia municipalista, en la que la andaluza interviene como mandataria y no como protocandidata a liderar el PSOE. Pero será una exhibición de su fuerza orgánica, ante cargos y afiliados llegados de toda España.

Hay autobuses fletados desde Valencia y Aragón, comunidades gobernadas por Ximo Puig y Javier Lambán, dos firmes apoyos de Díaz. Aunque los equipos de ambos presidentes se han apresurado a desvincularse, la organización de los desplazamientos de los afiliados ha venido a abundar en la tesis de que los principales aparatos socialistas, así como la propia gestora, reman a favor de la andaluza.

CONTRA EL “PROSELITISMO”

“La voz que se oiga en ese acto debe ser la del PSOE, no una voz parcial para hacer proselitismo de una candidatura”, dijo Patxi López el pasado miércoles. Óscar Puente, alcalde de Valladolid y uno de los escasos apoyos orgánicos de relevancia que continúan junto a Sánchez, fue más contundente. “No es un acto de alcaldes, sino de fans de una posible candidata a la que saben que no respaldo. No estoy invitado ni voy a ir”, explicó.

Como Puente, tampoco han sido llamados los otros alcaldes que no alientan las posibilidades de Díaz, en un momento en el que se reproducen los reproches por la presunta parcialidad de la gestora. Todas las decisiones que ha tomado la dirección interina del PSOE han tenido que contar con el visto bueno de la andaluza, ya fueran de estrategia parlamentaria o de elaboración del nuevo proyecto político, que será aprobado en el congreso socialista que tendrá lugar del 17 al 19 de junio. Un ejemplo: los dos máximos responsables de las ponencias, el diputado Eduardo Madina y el economista José Carlos Díez, son personas muy cercanas a la presidenta de la Junta.

Ambos apoyan la candidatura de Díaz, que cuenta con mucho más sustento orgánico que sus dos rivales. Aun así, la apuesta, que en principio se verbalizará en su comunidad el próximo mes, no está exenta de riesgos. Si sale derrotada, algo que no descartan del todo ni siquiera sus incondicionales, se tambaleará el poder institucional en Andalucía, principal pulmón de votos de los socialistas. Ahora mismo, el único que parece capaz de provocar su tropiezo es Sánchez, aprovechando el malestar de las bases con la abstención ante el PP para evitar unas terceras elecciones.