Las elecciones andaluzas del próximo22 de marzo se presentan trascendentales para elPSOE, las primeras de la larga ristra de convocatorias de este año (después vendrán municipales y autonómicas, catalanas y generales), la ocasión para comprobar el auge de Podemos y una oportunidad para que los socialistasarranquen este proceso, que no se presenta fácil, con una victoria clara. Sin embargo, su secretario general, Pedro Sánchez, apenas pisará la comunidad durante la campaña. La candidata y actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, cuyas relaciones con Sánchez se han deteriorado desde que se convirtió hace casi siete meses y medio en la principal artífice de su ascenso al liderazgo del partido, quiere que todo el protagonismo se concentre en ella. Si gana, algo que a la luz de las encuestas parece muy probable, el triunfo será suyo.

Hace solo unas semanas, los colaboradores más cercanos de Sánchez señalaban que habían reservado al jefe de la oposición 10 días para que se volcara en los comicios andaluces. No hará falta. Díaz ha limitado la presencia del líder del PSOE a solo dos jornadas. Ambos dirigentes coincidirán primero el 13 de marzo en Almería y después el 20 en Sevilla, en el acto de cierre de campaña.

Dicen en la dirección socialista que Díaz ha planteado unos comicios en clave muy autonómica y poco estatal para poder resaltar los logros de su Ejecutivo, el único, junto al de Asturias, que conservan los socialistas. «A nosotros nos parece bien», señalan en la cúpula del PSOE, donde se intenta quitar hierro a la escasa presencia de su líder, cuyos dos actos contrastan con los al menos tres, y probablemente cinco, que tendrá el presidente del Gobierno y líder del PP,Mariano Rajoy, junto a su candidato, José Manuel Moreno. El jefe del Ejecutivo ya ha visitado la autonomía en tres ocasiones durante la precampaña, mientras que Sánchez no pisa Andalucía desde el 8 de noviembre.

La disparidad también se observa al retroceder hasta los últimos comicios andaluces, en marzo del 2012. El entonces secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, participó en cuatro mítines, dos de ellos junto al aspirante, José Antonio Griñán. Rubalcaba y Griñán se habían distanciado a raíz de la negativa de este a hacer coincidir sus elecciones con las generales del año anterior, así como por el apoyo del andaluz a Carme Chacón en el congreso de febrero de ese año.

Ahora, sin embargo, el ambiente está aún más enrarecido. Díaz ya ha dejado claro a los suyos que ha perdido la confianza en Sánchez. Por el momento señala que su única prioridad es su comunidad, donde se presenta por vez primera a las urnas, pero un triunfo en las andaluzas, unido a un mal resultado del PSOE en las autonómicas y municipales de finales de año, podrían llevar a que intentara desbancar al secretario general para convertirse en candidata a laMoncloa.

Los socialistas andaluces, mientras tanto, también evitan cualquier interpretación que vaya más allá del planteamiento de la campaña. Insisten en que se trata de la «mejor posible» en las actuales circunstancias, ya que se potencia el «mayor activo» que tienen en estos momentos: la propia candidata. También subrayan que la presencia de Sánchez tendrá lugar en dos momentos clave, a mitad y al final de la campaña.