Enrique Porto, director general de Urbanismo de la Comunidad de Madrid, dimitió ayer tras verse implicado en un escándalo por haber aprobado proyectos en los que había participado como urbanista antes de asumir el cargo bajo la presidencia de Esperanza Aguirre. Para sortear la incompatibilidad, Porto cedió los planes a la empresa Plarquín, fundada por él en el año 2000 y ahora propiedad de sus exsocios.

Fuentes del Gobierno regional informaron ayer de que Porto tomó el lunes esta decisión, que ha sido aceptada por el consejero Mariano Zabía, al considerar que "las falsas denuncias y presiones sobre su quehacer profesional no deben perjudicar la buena gestión y la transparencia que caracterizan a la Administración regional".

La situación en la que Porto se ha visto inmerso en las últimas semanas está afectando, según las mismas fuentes, "no solo a su buen hacer y prestigio profesionales sino a su vida personal y familiar".

Enrique Porto considera que tras su renuncia podrá defender su honorabilidad en su actuación como director general "con total libertad".

ACUSACIONES Precisamente el lunes, la portavoz adjunta del Grupo Socialista en la Asamblea, Ruth Porta, y el portavoz de urbanismo de este partido, Modesto Nolla, pidieron el cese Porto por considerar que tiene intereses personales en el desarrollo del Plan General de Urbanismo de Brunete. La diputada acusó al ya exdirector de ser el impulsor del nuevo ordenamiento urbano de este municipio "por tener intereses directos y personales en él" lo que justificaba sus exigencias de cese para el alto cargo.