La derrota habrá sido dulce, pero el regusto es amargo. Esta semana, el PSOE tiene previsto analizar en distintos foros su revés en las elecciones al Parlamento Europeo. Los responsables de la campaña del 7-J tratan de quitar hierro al resultado, pero los históricos dirigentes piden cuentas. El Gobierno y el PSOE cierran filas y buscan el modo de dar la batalla en Madrid y Valencia, dos semilleros del PP, de cara a las generales del 2012.

La número tres del partido y responsable de la campaña de las elecciones europeas, Leire Pajín, está convencida de que no hubo errores significativos, ni en la forma ni en el fondo, según afirman fuentes de su entorno más próximo. Pajín no se siente cuestionada después de las muestras de apoyo que ha recibido del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que el pasado miércoles asumió, en privado, su tesis de que el resultado ha sido bueno porque se partía de peores perspectivas, ya que preveía que el PP sacaría cinco o seis puntos de ventaja en el porcentaje de votos.

La secretaria de organización ha recibido también muestras internas de respaldo del vicesecretario general, José Blanco, después de que la semana pasada sembrara la confusión al afirmar que la campaña de las elecciones generales del 2012 la coordinaría él, y no Pajín. El objetivo de la dirección es ponerse manos a la obra para las elecciones municipales y autonómicas del 2011 con un listado de ciudades prioritarias y, a corto plazo, centrarse en alcanzar un pacto para una nueva economía con los agentes sociales y el nuevo modelo de financiación.

LOS ANALISIS Sin embargo, el debate interno va a continuar. El próximo miércoles, la fundación del PSOE Ideas, que lidera el exministro de Trabajo Jesús Caldera, tiene previsto publicar un informe sobre el 7-J. Ese mismo día la corriente interna Izquierda Socialista también analizará la derrota. Y a final de mes las juventudes socialistas harán su análisis, centrado en el comportamiento del voto joven.

El estudio de Ideas pondrá el acento en la baja participación y fragmentación de la izquierda en todas las elecciones europeas. A pesar de ello, destacará que el Gobierno de Zapatero ha ganado en votos a los mandatarios de centroderecha de Alemania, Francia e Italia. Y argumentará que la socialdemocracia española gana poder en Europa, al haber apostado por la política social y posiciones más liberales.

Por su parte, Izquierda Socialista probablemente cuestionará la falta de un proyecto socialdemócrata europeo común y exigirá una política social más valiente para resistir "a la derecha exterior y la interior", según un representante de este sector. Sobre la campaña, discutirá sobre la ineficacia del PSOE para sacar partido político a los casos de corrupción del PP.

Sin duda, otro de los asuntos que se examinarán en estos debates será la conveniencia o no de haber hecho coincidir la reforma de la ley del aborto con la campaña electoral. Fuentes cercanas a Leire Pajín critican a los que han cuestionado algunos aspectos de la norma, como el que permite a las jóvenes de 16 años abortar sin permiso paterno.