El patinazo del presidente del Parlament catalán, Joan Rigol, que el jueves llamó "animales" a los agentes de las fuerzas de seguridad del Estado cuando hablaba ante un micrófono sin saber que estaba abierto, ha encendido los ánimos en el PP y dentro de la propia policía. El director general de este cuerpo, Agustín Díaz de Mera, consideró ayer que no bastan las disculpas que formuló a las pocas horas Rigol, mientras el PP catalán le pidió que ponga su cargo a disposición de la Cámara.

En una nota difundida ayer, el máximo responsable de la policía señala que la "gracieta" de Rigol, como la calificó éste en el momento de pedir perdón, es una "torpeza impropia" de una persona que preside una Cámara legislativa. Por ello, Díaz de Mera dice: "Pedir disculpas es insuficiente reparación al daño, cuando es uno el que lo hace y miles los que lo reciben".