En su primera y última intervención como presidente del Gobierno ante la Asamblea General de la ONU, José María Aznar reclamará mañana "unidad y cooperación internacional" en la lucha contra el terrorismo. Antes de pronunciar el discurso mantendrá, en Nueva York, una reunión con el presidente de EEUU, George Bush, a quien, entre otras cosas, informará de su encuentro con el líder libio, Muamar Gadafi.

Aznar inició anoche una visita de cinco días a Nueva York y Miami, estrenando el avión Airbus 310-300 de segunda mano que adquirió el Gobierno para los desplazamientos presidenciales tras jubilar los decrépitos Boeing 707. Le acompaña su esposa, Ana Botella, concejala en el Ayuntamiento de Madrid, que aprovecha la circunstancia para visitar a su hijo mayor, José María, que trabaja en la ciudad de los rascacielos.

La aeronave, que tiene 12 años de antiguedad, dispone de dos camarotes con sofá cama, una sala de reuniones para ocho personas y 60 asientos de primera clase. El avión presidencial cuenta, además, con una sala de atención médica dotada de un desfibrilador, una bombona de oxígeno para cinco horas, y cuatro unidades de plasma: una con el grupo sanguíneo del presidente y las restantes de tipo universal.