Respetan la decisión aunque no la compartan. Los dirigentes del PP que se mostraron díscolos con la línea oficial del partido --contraria a las bodas gays-- acataron ayer la decisión de Mariano Rajoy de recurrir ante el Constitucional. El golpe de mano del presidente del PP surgió efecto. La presidenta de Madrid anunció que respeta la decisión de Rajoy, aunque la calificó de "inconveniente" para la imagen del partido. El alcalde Alberto-Ruiz Gallardón no quiso mostrar discrepancias con el líder del Partido Popular, aunque confirmó que el Ayuntamiento de Madrid seguirá casando a parejas homosexuales.

"NO HA MAS QUE HABLAR" "El presidente del partido ya ha fijado la posición y no hay más que hablar". Después de la polvareda levantada por Esperanza Aguirre, fue la frase que más repitieron ayer los políticos populares. Pero la obediencia al líder no impidió que introdujeran matices.

Aguirre aseguró que acata y respeta la decisión de Rajoy, pero se reafirmó en sus críticas. "Creo que sería presentado por nuestros adversarios como un ataque del PP a los homosexuales, lo cual no conviene al partido", insistió. La presidenta madrileña volvió a hablar de "falta de oportunidad política dada la potencia mediática de nuestros adversarios", con lo que acusó al PSOE de utilizar el recurso para acusar al PP de homofobia.

Gallardón, que siempre se ha mostrado a favor de cumplir esta ley, dejó claro que su ayuntamiento oficiará bodas gays como hasta ahora. Pero evitó confirmar si será él quien case a Javier Gómez --militante del PP y representante del colectivo de gays y lesbianas del partido-- o delegará en alguno de sus concejales.

Sin embargo, el alcalde se esforzó en sacudirse la etiqueta de díscolo y se prodigó en elogios al liderazgo interno de Rajoy. Y aunque defendió que en el PP se puede discrepar del líder sin que merezca "ningún procedimiento de reproche ni sancionador", él se negó a hacerlo.

Para minimizar la división interna que esta cuestión ha provocado en el PP, varios dirigentes prefirieron escudarse en que no han sabido explicar bien su postura. El primero en hacerlo fue el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, quien admitió que su partido "se explica regular" y que este problema es endémico "en el centro derecha". No fue el único. El responsable de los populares catalanes, Josep Piqué, se añadió a esta opinión y reconoció que tienen dificultades para matizar el mensaje.

UNA MEDIDA "INOPORTUNA" A la opinión de Aguirre y del alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, se unieron ayer el portavoz del PP balear, Miquel Ramis, y la alcaldesa de Vigo, Corina Porro, que consideraron "inoportuno" el recurso. Pero la sumisión de Aguirre a las tesis de Rajoy no convenció a los miembros del Foro de la Familia, que amenazó a la presidenta con hacerle pagar en votos su oposición al recurso.