“Nos comprometemos a ser una fuerza de gobierno. En un momento crítico para Cataluña es necesario que haya responsabilidad, hay que implicarse en la solución, no en el bloqueo”. Con estas palabras ha mostrado el candidato de Catalunya en Comú a la presidencia de la Generalitat, Xavier Domènech, su voluntad de participar en el próximo Ejecutivo catalán mediante acuerdos con otros partidos.

En el desayuno-coloquio Primera Plan@, que organizan EL PERIÓDICO y Banc Sabadell, Domènech ha asegurado: “La única solución es un Govern con una fuerte vocación transversal, que entienda que el país es plural, que la pluralidad enriquece, que no podemos construir con la negación del otro, sino con la afirmación de todos”.

LOS BLOQUES

Domènech ha dado así el paso de postularse como socio en una hipotética alianza entre partidos para gobernar Cataluña, que inevitablemente tendría una naturaleza compleja: pasaría por que Catalunya en Comú, ERC y el PSC sumen sus apoyos, sin descartar un respaldo externo de la CUP. En suma, una operación que no parece fácil.

Domènech ha postulado esa vía como la única forma de superar la dinámica de enfrentamiento entre el bloque independentista y el constitucional. Del primero ha dicho que ahora parece retomar la unilateralidad como propuesta de futuro, cuando días atrás se antojaba descartada. Del segundo, ha descartado que imponer el orden sea suficiente para encontrar soluciones a los problemas actuales de la política catalana.

Ha descartado a Ciutadans y a Junts per Catalunya como futuros socios: “Tenderemos la mano a quienes quieran construir una agenda social y económica. No extenderemos la mano a nadie que postule la vía unilateral”, ha precisado el candidato, que ha declarado: “Carles Puigdemont no puede seguir siendo el presidente después del 21-D”.