Antonio Toro, uno de los 29 procesados por el 11-M, no podrá salir de la cárcel bajo fianza, al igual que el también imputado Mahmoud Slimane Aoun, porque ambos cumplen condenas todavía por tráfico de drogas.

El juez Juan del Olmo dictó el martes un auto de procesamiento en el que acusa a 29 de los 116 imputados inicialmente de participar de alguna forma en la masacre. De ellos, a cuatro les permite salir de la cárcel bajo fianza, dado el tiempo trascurrido en prisión y que se les acusa de delitos menores. Dos de ellos, Emilio Llano y Raúl González, pagaron las fianzas (25.000 euros y 35.000 euros, respectivamente) el martes. Pero fuentes penitenciarias precisaron ayer que ni Toro ni Slimane podrán abandonar la cárcel pagando 50.000 euros cada uno porque tienen que finalizar sus penas.

Toro es el cuñado de Emilio Suárez Trashorras, a quien el juez le imputa el mayor número de delitos porque, al ser el líder de la trama asturiana que facilitó los explosivos a los terroristas, está acusado de ser "cooperador necesario" del asesinato no sólo de las 191 personas que fallecieron en los trenes sino también del geo que murió en Leganés. Del Olmo acusa a Toro de suministrar explosivos y ha sido liberado y detenido dos veces en relación con los atentados. En la cárcel de Villabona, donde cumplía prisión preventiva desde 2001 por narcotráfico, coincidió con Rafá Zouhier, confidente de la Guardia Civil y presunto intermediario entre Trashorras y sus ayudantes y los terroristas.

El libanés Slimane fue detenido el 28 de julio del 2004, cuando portaba identidad falsa. El juez le acusa de colaboración con banda armada. Presuntamente mantuvo 65 conversaciones telefónicas con el suicida Jamal Ahmidan El Chino y el mismo 11-M, desde Morata de Tajuña (Madrid), habló con otros dos imputados. Fuentes penitenciarias dijeron ayer que hasta dentro de un año no expirará su condena por tráfico de drogas.