Dos exaltos mandos del Ejército de Tierra han coincidido en criticar al exministro de Defensa Federico Trillo por su afán de protagonismo y su utilización de la institución militar durante su gestión al frente del Ministerio de Defensa. Para ambos, el ahora diputado del Partido Popular pecó, como ministro, de personalismo e insensibilidad.

Quienes realizan las críticas son el exjefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme), Alfonso Pardo de Santayana, y el teniente general en la reserva, Juan Narro. Ambos las expresan en testimonios que recoge el libro de Francisco Medina Memoria oculta del Ejército. Los militares se confiesan (1970-2004) .

Pardo de Santayana, en la reserva desde enero del 2003, considera que a Trillo le faltó sensibilidad y "le perdía un cierto afán de intervenir". Como ejemplo se refiere a la crisis de Perejil y comenta: "El ministro quiso intervenir en la operación, dar órdenes directamente, cuando ya estaba en marcha. Y en una operación de esas, una vez se desencadena, no se puede tocar ni..., porque están cerradas al milímetro y nadie puede intervenir. Le dijimos: ´Ministro, no te preocupes que ya están todas las órdenes dadas...´ Le perdía un cierto afán de intervenir".

Sobre la insensibilidad, Pardo de Santayana habla del desprecio que el exministro mostró hacia un alto mando cuyo nombre no cita. "El desprecio a un teniente general al que le ha costado cuarenta y tantos años llegar y que se le deje a un lado, que se le ningunee, duele mucho , y no sólo a quien lo sufre, sino a quienes lo ven o lo conocen", comenta. "Con Trillo ha faltado esa sensibilidad que curiosamente el partido socialista, en su última época, cuidaba más", añade.

El teniente general Narro distingue tres fases que vivió el Ejército desde la llegada de la democracia. La inicial, que dice entender, es cuando el poder político se esfuerza por controlar al poder militar, y considera que termina con el golpe de Estado del 23-F. La segunda, la divide entre la etapa "de excesivo control" de Narcís Serra y la posterior del también socialista Julián García Vargas, a quien elogia. En opinión de Narro, García Vargas fue el ministro mejor valorado por el Ejército por su talante, "porque nos escuchaba".

La última fase es la de Trillo. "Ese hombre --precisa-- se encontró una verdadera joya en la mano, unas jugadas muy bonitas y de prestigio para España, unas ocasiones de oro, a mi juicio, y las utilizó exclusivamente en su día a día personal... Se produce un mal empleo profundo de lo que es la institución militar".