Un empresario informatico y un experto en proyectos de participación ciudandana han implicado directamente al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al vicepresidente Oriol Junqueras, y a la diputada de Junts pel Sí, Marta Rovira, el 'conseller' Carles Mundó, entre otros, en la logística y la preparación del referéndum unilateral del 1-O. Los dos testigos han relatado a la Guardia Civil que el pasado mes de agosto mantuvieron una reunió, junto con otras 15 personas, en las que participaron los máximos responsables del Govern catalán y la dirigente de ERC en relación con la consulta, según consta en las diligencias judiciales instruidas por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona y a las que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. En algunos autos el juez habla de la posible existencia de un delito de sedición y no descarta, incluso, es de rebelión.

El empresario explicó a la Guardia Civil que un intermediario que trabajaba para la Generalitat se puso en contacto con él para realizar un sistema de participación democráctoca mediante un sistema que permite la votación electrónica a través de internet. Reconoce que una semana dwespués se le informó que el uso de esta trabajo era para realiar un referéndum y, en concreto, para que pudieran votar los catalanes que vivien en el extranjero. El testigo precisa que el 16 de agosto del 2017 se reunió en un palacio en la Diagonal con este intermediario y diferentes dirigentes políticos, entre ellos Puigdemont, Junqueras, Rovira, Mundó y Xavier Vendrell, también de ERC. En este encuentro le pantearon dudas de por que la teconología que se le planteaba para la realización de las votaciones era "inmanipulable", a lo que él contestó que el sistema era fiable, a la vez que detalló las características del métido. Al final, este empresario desistió de hace el trabajo ante la posibilidad de que la consulta fuera ilegal.

Un tal Jordi

Otro testigo, pero esta vez experto en participación ciudadana, también relata un encuentro en el Palau de Pedralbes, en la Diagonal. Una reunión en la que participaron altos cargos de la Generalitat y en la que se trató el desarrollo de un programa para la votación electrónica en el referéndum del 1 de octubre. Con él contacto una tal "Jordi" (no da apellido) en una llamada con teléfono oculto. Esta persona le preguntó si él trabajaba en un programa de votación electrónica, a lo que contestó que sí. Al cabo de unos días, se citaron "en un bar en San Joan Despí" y, posteriormente, l citaron para la reunió en el Palau de Pedralbes en las que, según él, estaban Puigdemont, Jonqueras y Rovira. Después tuvo otro encuentro con técnicos del Centre de Telecomunicación de la Generalitat (CTTI). Al final, y poco antes de que el Constitucional suspendiera el referéndum, decidió no seguir aldelante con el proyecto porque los tiempos que le marcaban eran imposibles de cubrir.