Con andares frágiles y un punto de emoción en el gesto, Josep Antoni Duran Lleida se presentó ayer ante los medios de comunicación --"Mis primeras palabras deben de ser para expresar las ganas que tenía de verles", empezó-- ocho días después de que le diagnosticaran un tumor maligno en el pulmón derecho y cuando han pasado cinco desde que el nódulo le fue extraído. Se explicó en el Hospital de Barcelona, antes de abandonarlo para ir a su domicilio y descansar para centrarse en la campaña.

El líder de Unió confirmó que hará campaña, aunque sea a medio gas: "No esperen de mí en los primeros días la misma resistencia que acostumbro a tener", advirtió. "Salgo con un trozo de pulmón menos y con 24 grapas. Me siento muy afortunado", dijo. Aunque no lo mencionó, su convalecencia requiere especial cuidado porque fue sometido a una toracotomía (apertura del tórax), que requiere un mes de reposo.

El dirigente se congratuló de haber puesto "las ganas" necesarias para "ganar la batalla" a la enfermedad. "Ahora comienzo una segunda batalla hasta el 9 de marzo", continuó.