Josep Antoni Duran Lleida afirmó que en las próximas elecciones catalanas del 21 de diciembre votará «al PSC sin ningún complejo». Una sentencia imposible de imaginar hace cuatro años, cuando CiU seguía gozando de una mala salud de hierro y el exlíder de la extinta Unió criticaba a los socialistas por descolgarse del proceso soberanista. Pero cuatro años en el universo del proceso independentista dan para muchísimos movimientos de placas tectónicas.

Hace diez años, mientras soñaba con ser ministro español, ya alentaba una sociovergencia que, una década después, ha terminado fraguándose finalmente entre los socialistas y los herederos de su Unió. Por ello ha aplaudido la alianza electoral entre el PSC y Units per Avançar en una entrevista en Los desayunos de TVE. Duran justificó su postura alegando que «más allá de las diferencias de modelo, estas no se tratan de unas elecciones ideológicas, sino de unas que deben tratar de remontar la triste situación en la que se encuentra Cataluña».

El actual «militante de base» de Units, tal y como él mismo se ha definido, consideró que su partido debía reforzar «la única opción política que no apuesta por el frentismo», criticando la política de bloques existente en Cataluña y que, en su opinión, ataca el «catalanismo moderado». Duran, que siempre tuvo buena sintonía con Miquel Iceta, agradeció la «generosidad» del PSC por asignarle el número tres por Barcelona a Ramon Espadaler, ya que reconoció que en solitario no hubieran conseguido representación.

«Es un momento excepcional, en el que el PSC y Units, que representan a dos tradiciones políticas que ayudaron a levantar la Europa surgida tras la segunda guerra mundial y que hoy pueden ayudar a sacar a Cataluña del pozo en el que se encuentra», afirmó Duran en la entrevista en la que no perdió la oportunidad en criticar la deriva de sus antiguos socios de coalición desde que en el 2015 decidieron romper CiU tras 37 años de tumultuosa relación.

CRÍTICAS / El exlíder de Unió criticó al bloque independentista, que «todavía se están moviendo en el mundo de la ficción», y en especial al expresidente Artur Mas, por dejar el proceso en manos de «los radicales de la CUP», que tras la respuesta del Estado, «se van a ir sin ningún rasguño». «Durante todo ese tiempo él es el presidente de un partido y comparte la responsabilidad, y ese partido ha tomado decisiones que son las que justifican después la respuesta del Estado», remachó.

También cargó las tintas contra el sucesor de Mas, Carles Puigdemont, y el resto de sus consellers. En este sentido, ha criticado la «gran irresponsabilidad» de los que fueran dirigentes catalanes: «Ignorancia no, porque se sabía, y si no ha habido ignorancia, ha habido una gran irresponsabilidad», zanjó con contundencia. A este respecto el que en su día fue también eurodiputado ha subrayado que «la Unión Europea está hasta el gorro de Cataluña» y ha señalado la «incomprensión» y la «preocupación» que le han transmitido varios colegas europeos por todo los sucedido en los últimos meses.

Finalmente, el que fuera durante tres décadas el faro de los democristianos catalanes no solo criticó la actitud mostrada por el Gobierno de la Generalitat antes de su cese, sino también la falta de sinceridad de la autocrítica. «Se reconoce que no se estaba preparado, pero siempre que se reconoce algún motivo por el que las cosas no han ido bien, a continuación siempre se culpa a alguien», señaló.