Eusko Alkartasuna y la izquierda aberzale han elaborado un documento conjunto para pedir a ETA un alto el fuego permanente y verificable. El texto, que serviría de antesala a una declaración formal por parte de la banda, se ha diseñado como guía para probar el compromiso de los radicales con las vías políticas a través del denominado polo soberanista. Sin embargo, y a pesar de que se trata de la primera vez que los herederos de Batasuna piden un parón a ETA, ni el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ni el de Patxi López, ni siquiera el PNV, aplaudieron el paso ni le dieron importancia.

Este menosprecio es coherente con el insistente mensaje de los máximos responsables de la lucha antiterrorista cuando aseguran que el tiempo de las treguas "se ha acabado" aunque lleven el "indescifrable" apellido de verificables. Lo que ahora se exige es que ETA desaparezca definitivamente, que lo deje y entregue las armas. "Cualquier otro planteamiento no es de recibo", se asegura en medios próximos al Ejecutivo vasco, porque la experiencia "ya ha demostrado" que ETA acaba las treguas cuando quiere y poniendo bombas.

El texto de EA y la izquierda aberzale da continuidad al acuerdo que las dos fuerzas sellaron en junio, cuando hicieron oficial su colaboración, con un nuevo diseño sobre cómo desarrollar lo que llaman un "proceso democrático" que conduzca a Euskadi a una "nueva fase de paz y normalización política". Además del alto el fuego, contempla la creación de mesas de diálogo con participación de todas la sensibilidades políticas y, de nuevo, --porque ya se dijo en la declaración de Anoeta-- relega el papel de ETA a tratar sobre armas y presos con el Gobierno.