El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, ha presentado ante el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, su renuncia al cargo por "razones estrictamente personales", ha informado la Fiscalía en un comunicado.

Fungairiño, que desempeñaba este cargo desde el 30 de mayo de 1997, ha solicitado su incorporación a la Fiscalía del Tribunal Supremo, donde aportará su dilatada experiencia profesional en materia de terrorismo.

El hasta ahora fiscal jefe de la Audiencia, tribunal en el que ha trabajado durante 26 años, ha comunicado esta decisión a Conde-Pumpido, con el que se ha reunido esta mañana en su despacho de la Fiscalía General, y a su regreso a la Audiencia se ha reunido con los fiscales oficiales y auxiliares de Fiscalía para informarles de su renuncia.

El anuncio de la marcha de Fungairiño ha sido acogido con sorpresa entre los funcionarios y trabajadores de este tribunal, según fuentes de la Audiencia Nacional.

Sumarios antiterroristas destacados

Fungairiño, que nació en Santander el 30 de mayo de 1946, ingresó en la Escuela Judicial en noviembre de 1972 y un año después comenzó a ejercer como fiscal en la Audiencia Provincial de Barcelona. Permaneció allí hasta el 14 de febrero de 1980, fecha en la que fue nombrado fiscal en la Audiencia Nacional y el 1 de junio de 1988 tomó posesión del cargo de teniente fiscal en esta instancia judicial.

Entre los sumarios antiterroristas en los que ha intervenido destacan el atentado de Hipercor, el asesinato del Comandante Ynestrillas, el atentado frustrado contra el presidente del Tribunal Supremo Antonio Hernández Gil y el que costó la vida a varios guardias civiles en la calle Príncipe de Vergara y en la plaza de la República Dominicana.

Objetivo de un atentado

Investigó también otras causas en las que participó el etarra Henri Parot, para quien pidió en un juicio una pena de 85 años de cárcel, no sin antes llamarle "cobarde" por no asumir sus responsabilidades. En 1990 fue objetivo de un atentado, que resultó fallido, cuando ETA le envió un paquete bomba que pudo ser localizado y desactivado antes de que le estallara en las manos.

Es conocido además por su actuación como fiscal en el mayor juicio celebrado en la historia judicial española: el sumario por el envenenamiento masivo con aceite de colza desnaturalizado, en el que intervino durante los nueve años que duró su instrucción.

"Fiscales rebeldes e indomables"

En 1994 mantuvo un enfrentamiento con el entonces fiscal general del Estado, Carlos Granados, tras solidarizarse con el fiscal de la Audiencia Nacional Pedro Rubira cuando este se mostró reticente a la puesta en libertad del general Rodríguez Galindo, relacionado con el secuestro y muerte de los presuntos etarras Lasa y Zabala.

Integrante, junto a los también fiscales Pedro Rubira, Ignacio Gordillo y Maria Dolores de Prado, del grupo conocido como los "fiscales rebeldes e indomables", fue expedientado, al igual que ellos, en diciembre de 1996, por "insubordinación" de los fiscales hacia su jefe, José Aranda, que fue destituido por su "falta de autoridad".

Su llegada a la jefatura de la fiscalía de la Audiencia no estuvo exenta de polémica, ya que fue nombrado por el entonces fiscal general Jesús Cardenal en contra del Consejo Fiscal, lo que fue criticado por todas las asociaciones de fiscales.

También fue criticado, en diciembre de 1997, por su postura respecto a la falta de competencia de la jurisdicción española en los crímenes cometidos por las dictaduras argentina y chilena.