El Ejército estadounidense ha decidido no procesar a 17 soldados implicados en la muerte de tres presos en Irak y en Afganistán en el 2003 y el 2004, a pesar de que los miembros del Mando de Investigación Criminal del propio Ejército recomendaron su procesamiento bajo las acusaciones de asesinato, conspiración y homicidio por negligencia, según reveló The New York Times.

El único castigo que ha caído sobre estos soldados es la reprimenda escrita que recibió uno de ellos y el licenciamiento de otro, añadió el diario estadounidense.