Los nueve diputados del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en euskera) --para el que Batasuna pidió el voto en las elecciones del 17-A-- acudieron ayer al Parlamento de Vitoria a acreditarse. Son ocho mujeres y un hombre y, aparte de sus rostros, poco más se sabe de ellos. Parcos en explicaciones, no quisieron revelar ni sus profesiones. Algunos ni se conocían entre ellos.

La portavoz, Nekane Erauskin, confirmó que tres integrantes de la lista electa --dos en Guipúzcoa y uno en Alava-- han renunciado al cargo por "motivos personales". Aunque la obligada publicidad de las listas permitía conocer la identidad de los elegidos desde la noche electoral del día 17 (5 de Guipúzcoa, 2 de Vizcaya y otros 2 en Alava) hasta ayer se desconocía si alguno había decidido renunciar. Tampoco se disponía de imágenes de la mayoría de los electos, ya que no han participado en actividades públicas. Ayer, algo cohibidos, posaron ante las cámaras.

MANOS ABIERTAS La portavoz de EHAK quiso dar apariencia de neutralidad al decir que no descartan acuerdos con ningún grupo parlamentario, pero Erauskin fue rotunda al sentenciar que su postura de no apoyar al peneuvista Juan María Atutxa como presidente del Parlamento vasco es "una decisión firme" que no será revisada. Por eso, y ante las críticas que el presidente del PNV les ha dirigido por poner vetos, Erauskin pidió a Josu Jon Imaz "que no se ponga nervioso" y reconsidere la opción de Atutxa.

Erauskin evitó especular sobre un posible apoyo al candidato alternativo que pueda presentar el PSE para presidir el legislativo y, aunque consideró "positivo" que Patxi López quiera dialogar con su partido, animó al líder de los socialistas vascos a que hable también con la ilegalizada Batasuna porque "nadie puede quedar excluido".