Apartir del próximo 1 de enero, los clubs de fútbol españoles tendrán un incentivo menos para atraer a los grandes jugadores extranjeros. El PSOE aceptó ayer, a propuesta del BNG y del grupo de ERC-IU-ICV, que los trabajadores extranjeros con rentas superiores a 600.000 euros dejen de tributar al 24% y se unan al tipo general que pagan todo este tipo de rentas, que es el más alto posible, el 43%.

Con esta medida se dinamita la conocida como Ley Beckham , algo así como un paraíso fiscal pensado inicialmente para atraer a España cerebros internacionales, científicos e investigadores, pero que en la práctica ha servido básicamente a los clubs deportivos para convencer a las estrellas del fútbol extranjeras de que su fichaje aquí les era más rentable que en otros países. La reforma adoptada ayer, mediante una enmienda a los presupuestos, deja muy clara en su justificación que trata de "evitar la aplicación de este régimen a supuestos diferentes para aquello que fue diseñado".

Lo cierto es que desde la entrada en vigor de este incentivo son numerosísimos los deportistas de élite, en especial futbolistas, que se han beneficiado de ello, mientras que la lista de fichajes procedentes del mundo de la ciencia que se han sentido atraídos por la ayuda fiscal es más que reducida. Sin embargo, las grandes entidades deportivas no deben preocuparse porque sus grandes fichajes actualmente en plantilla sientan la tentación de cambiar de aires por la subida de impuestos. No les afectará. La reforma en ningún caso se aplicará de forma retroactiva.

LA JUSTIFICACION El diputado de IU-ICV Joan Herrera recordó ayer que los cracks del mundo del fútbol son residentes "como cualquier otro deportista, trabajador, autónomo al que se le aplica la tarifa general del IRPF", con lo cual, a su juicio, "no hay justificación para que personas con unos ingresos altísimos tengan este beneficio fiscal por encima del resto".

El portavoz socialista, José Antonio Alonso, defendió el cambio en términos de "justicia y equidad fiscal" necesarias ante la gravedad de la crisis económica. Esta decisión va a servir al PSOE para maquillar su controvertida subida de impuestos, criticada externa e internamente por no centrarse suficientemente en las rentas más altas.